Hace unas semanas invitamos al blog a Kate Winslet, y de entre el listado de películas que interpretó, elegisteis su papel como Rose en Titanic. La superproducción que se convirtió en una de las películas más "Oscarizadas" de la historia. Esta chica tiene buen ojo para elegir guiones (y compañeros de rodaje).
¿De qué va?
Rose (Kate Winslet) es una joven de familia adinerada cuya madre ha acordado su matrimonio con un hombre millonario, para mantener su estatus social. Se sentirá ahogada por el mundo que la rodea y se enamorará de Jack (Leo Di Caprio). Jack es un chico de clase baja que le dará el coraje necesario a Rose para oponerse a la vida que le han elegido.
¿De qué va?
Rose (Kate Winslet) es una joven de familia adinerada cuya madre ha acordado su matrimonio con un hombre millonario, para mantener su estatus social. Se sentirá ahogada por el mundo que la rodea y se enamorará de Jack (Leo Di Caprio). Jack es un chico de clase baja que le dará el coraje necesario a Rose para oponerse a la vida que le han elegido.
La crítica
Tan grande como el barco es el trabajo que realizó James Cameron ante la ya mítica historia del Titanic. En un principio Cameron se interesó por el hundimiento del barco después de rodar Abyss. Su interés era tal que intentó persuadir a algunos estudios para que financiaran unas inmersiones al barco y poder rodar imágenes submarinas. No tenia intención de realizar una película. Sin embargo, el tiempo que pasó en sus viajes al Titanic lo embargó de una emoción que provocó que deseara contar su historia.
Cameron consigue retratar los hechos a la perfección. La naturalidad de su fotografía en la parte del hundimiento consigue acercar el caos del momento hasta traspasar la pantalla.
La historia gira sobre dos argumentos. La tragedia del hundimiento y el romance de Jack y Rose. Para conseguir que el momento en que el barco se va a pique sobrecoja al máximo al espectador, como para sufrirlo como sucedió en 1912, que mejor que implicarnos mediante la trágica historia de dos jóvenes que son como Romeo y Julieta. Lo que les separa no es sus respectivas familias, que también, sino su posición social.
Rose es de alta alcurnia y está a punto de convertirse en la mujer de un hombre muy adinerado. Jack es pobre y vive el día a día con la incerteza de donde le llevará su suerte. Eso no será un impedimento para que entre ellos surja el amor. Un sentimiento fuerte que se arraigará profundamente en ellos y, a pesar de conocerse de tan sólo unos días, no querrán separarse ni en el peor momento de sus vidas.
El director sabe dar lo que el público quiere. Una historia romántica y trágica a partes iguales, llevándola a un nivel superlativo. Por un lado nos posiciona a una dama inteligente, preciosa, que es arrastrada por su estatus y su madre hacia un destino planificado, monótono, conocido y artificial. Se ahoga al ver en que se convertirá su vida: casada con un hombre al que no ama, sin libertad para nada más que para escoger el color de sus vestidos.
En contrapunto se encuentra Jack, libre como un pájaro sin miedo por su destino, atrevido, talentoso e inteligente. Sucumbirá a la fuerza interior que ve en Rose, aunque se encuentre envuelta en una aura de fragilidad, a la que le han forzado para que no se rebele. En el momento en que Rose no ve más salida que suicidarse, Jack la rescatará y este momento marcará el final de ambos.
Durante el filme nos vamos enamorando de esta pareja y de repente aparece un iceberg. Cameron consigue que la tragedia vaya en aumento a paso firme, sin prisa pero sin pausa. Añadiendo nuevos problemas en el barco y en los protagonistas. Poniendo nuevas barreras, más impedimentos para que se vislumbre un final feliz.
El espectador parte del conocimiento de que el Titanic se hunde, pero aun así hemos albergado esperanza para los protagonistas. He aquí esa tensión que nos impide recordar que lo más probable es que todo acabe mal.
A nivel técnico Cameron es siempre muy correcto, rozando el sobresaliente. Cabe decir que aunque es impresionante la puesta en escena, el director no va mucho más allá de mostrar los hechos casi en tercera persona. Asimismo hay muchos momentos de verdadera angustia que a la vez son realmente bellos. Diría que el conjunto resulta solemne, como si fuera un tributo a los hechos mostrados desde el respeto. No le resto valor y en ningún momento parece un suceso insulso.
El casting es ideal. Resulta difícil pensar en otros protagonistas que no sean Kate Winslet y Leonardo DiCaprio. Sus interpretaciones son muy buenas, tengo que admitir mi debilidad por DiCaprio (algo que Kyle Morgan no comparte). La puesta en escena, la banda sonora, todo tratado como merece, creando una atmósfera en consonancia con lo que nos muestra y quiere trasmitir la película.
En conclusión, es una película que vale lo que se han gastado en ella. Cuidada y pensada para impresionar y emocionar. Cameron se deja la pasta pero sabe que hacer con ella. Una recreación minuciosa de la historia del Titanic. Una preciosa historia de amor que a los más romanticones les hará soltar la lagrimilla.
Tan grande como el barco es el trabajo que realizó James Cameron ante la ya mítica historia del Titanic. En un principio Cameron se interesó por el hundimiento del barco después de rodar Abyss. Su interés era tal que intentó persuadir a algunos estudios para que financiaran unas inmersiones al barco y poder rodar imágenes submarinas. No tenia intención de realizar una película. Sin embargo, el tiempo que pasó en sus viajes al Titanic lo embargó de una emoción que provocó que deseara contar su historia.
Cameron consigue retratar los hechos a la perfección. La naturalidad de su fotografía en la parte del hundimiento consigue acercar el caos del momento hasta traspasar la pantalla.
La historia gira sobre dos argumentos. La tragedia del hundimiento y el romance de Jack y Rose. Para conseguir que el momento en que el barco se va a pique sobrecoja al máximo al espectador, como para sufrirlo como sucedió en 1912, que mejor que implicarnos mediante la trágica historia de dos jóvenes que son como Romeo y Julieta. Lo que les separa no es sus respectivas familias, que también, sino su posición social.
Rose es de alta alcurnia y está a punto de convertirse en la mujer de un hombre muy adinerado. Jack es pobre y vive el día a día con la incerteza de donde le llevará su suerte. Eso no será un impedimento para que entre ellos surja el amor. Un sentimiento fuerte que se arraigará profundamente en ellos y, a pesar de conocerse de tan sólo unos días, no querrán separarse ni en el peor momento de sus vidas.
El director sabe dar lo que el público quiere. Una historia romántica y trágica a partes iguales, llevándola a un nivel superlativo. Por un lado nos posiciona a una dama inteligente, preciosa, que es arrastrada por su estatus y su madre hacia un destino planificado, monótono, conocido y artificial. Se ahoga al ver en que se convertirá su vida: casada con un hombre al que no ama, sin libertad para nada más que para escoger el color de sus vestidos.
En contrapunto se encuentra Jack, libre como un pájaro sin miedo por su destino, atrevido, talentoso e inteligente. Sucumbirá a la fuerza interior que ve en Rose, aunque se encuentre envuelta en una aura de fragilidad, a la que le han forzado para que no se rebele. En el momento en que Rose no ve más salida que suicidarse, Jack la rescatará y este momento marcará el final de ambos.
Durante el filme nos vamos enamorando de esta pareja y de repente aparece un iceberg. Cameron consigue que la tragedia vaya en aumento a paso firme, sin prisa pero sin pausa. Añadiendo nuevos problemas en el barco y en los protagonistas. Poniendo nuevas barreras, más impedimentos para que se vislumbre un final feliz.
El espectador parte del conocimiento de que el Titanic se hunde, pero aun así hemos albergado esperanza para los protagonistas. He aquí esa tensión que nos impide recordar que lo más probable es que todo acabe mal.
A nivel técnico Cameron es siempre muy correcto, rozando el sobresaliente. Cabe decir que aunque es impresionante la puesta en escena, el director no va mucho más allá de mostrar los hechos casi en tercera persona. Asimismo hay muchos momentos de verdadera angustia que a la vez son realmente bellos. Diría que el conjunto resulta solemne, como si fuera un tributo a los hechos mostrados desde el respeto. No le resto valor y en ningún momento parece un suceso insulso.
El casting es ideal. Resulta difícil pensar en otros protagonistas que no sean Kate Winslet y Leonardo DiCaprio. Sus interpretaciones son muy buenas, tengo que admitir mi debilidad por DiCaprio (algo que Kyle Morgan no comparte). La puesta en escena, la banda sonora, todo tratado como merece, creando una atmósfera en consonancia con lo que nos muestra y quiere trasmitir la película.
En conclusión, es una película que vale lo que se han gastado en ella. Cuidada y pensada para impresionar y emocionar. Cameron se deja la pasta pero sabe que hacer con ella. Una recreación minuciosa de la historia del Titanic. Una preciosa historia de amor que a los más romanticones les hará soltar la lagrimilla.
Información de más
- Consiguió once premios Oscars, lo que la situó a la cabeza de las películas que han conseguido más estatuaillas, junto a 'Ben-Hur' y 'El retorno del rey'.
- Macaulay Culkin fue considerado para el papel de Jack Dawson.
- Es una de las películas más caras de la historia. El presupuesto rondó los 200 millones de dólares. Al cambio resultó más caro rodar el filme que construir el Titanic. Aún así, la obra de Cameron también encabeza la lista de las películas más taquilleras, con una recaudación de 1500 millones aprox. a nivel mundial, cifra sólo superada por su obra más reciente 'Avatar'.
- Fox invirtió 57 millones de dólares estadounidenses en la adquisición de 161.874 m² de la costa sur de Playas de Rosarito, Baja California, en México, donde comenzó a construir el Fox Baja Studios diseñado especialmente para la filmación del proyecto en mayo de 1996.
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