Tras su sorpresa (no tanto) en los Globos de Oro donde se llevó 2 premios bien merecidos, buena parte del público ha comenzado a descubrir una estupenda película que acabó siendo una TV movie. Para que luego se jacten de su particular liberalismo, el cine de Hollywood sigue viendo con malos ojos que grandes nombres de su templo se adentren en terrenos bastante escabrosos para la corta mentalidad yanqui. Una cosa es que veamos en pantalla la cabeza de un tipo explotando de manera salvaje en 3D y otra muy diferente es que veamos a dos hombres (o 2 mujeres) besándose, que se gusten, que encima disfruten con lo que hacen y parezcan hasta felices. ¡Hasta ahí íbamos a ir! Es normal que estas obras tengan dificultades a la hora de filmarse, distribuirse o abrirse camino. Pero claro, una vez que comienzan a premiarlas, Hollywood enseguida abre los brazos y las hace suyas. Una doble moral tan repugnante como habitual. 'Brokeback Mountain' (2005); 'Milk' (2008); 'Transamérica' (2005); 'Mejor... imposible' (1997); 'Philadelphia' (1993); 'Tomates verdes fritos' (1991) hay un largo número de títulos cuya temática homosexual ha incomodado tanto a público como a crítica, pero que gracias muchas veces al enorme talento de los actores, al perfecto guión o la delicada forma de dirigir de sus autores, acaban encandilando a unos y a otros sin realmente importar qué tipo de historia te cuentan, sino cómo la cuentan.
¿De qué va?
¿De qué va?
Scott Thorson (Matt Damon), un joven criado en hogares de acogida, se introduce en el mundo del entretenimiento extravagante del pianista Liberace (Michael Douglas) y rápidamente se encuentra en una relación sentimental con el legendario artista. Envuelto en la riqueza y el exceso, Scott y Liberace tienen una larga amistad pero que con el tiempo Scott comienza a encontrar sofocante.
A Steven Soderbergh le da lo mismo hacer una película de epidemias ('Contagio', 2011) que de strippers ('Magic Mike', 2012) que una trilogía sobre unos ladrones canalla y cachondos ('Ocean´s eleven', 2001). Hasta se ha atrevido con dramas bélicos con tintes a lo 'Casablanca' ('El buen alemán', 2006) o thrillers apasionantes sobre cárteles de droga ('Traffic', 2000). Es un todo terreno de la realización. Una lástima, como se dice, que ésta sea su última película como director... ya veremos. Lo que sí se puede constatar es que el director de 'Side Effects' (2013) sabe contar historias. De una manera particular. Puede gustarte (a mí no me apasiona) o puedes odiarlo, pero no te deja indiferente.
'Behind the candelabra' viene a demostrar que hasta en pequeñas obras, en proyectos guardados en un cajón y que quizás no lleguen a tener la explotación que merecieran en pantalla, pueden darte grandes sorpresas. Tanto a sus creadores como al público. Con un personaje nada convencional (Liberance) el film arranca en los últimos años de la vida de este espectacular (en su forma) artista. Nada conocido en España pero un ídolo en los EEUU. Soderbergh acarició el proyecto durante años, gracias a la intervención de HBO ('Juego de tronos', 'Los soprano') y sobre todo contar en el reparto con Michael Douglas y Matt Damon, hizo posible su rodaje. ¿Cuál era el problema? Su temática. La homosexualidad no ha sido un gran aliciente en los estudios de cine a la hora de contar una historia. Si encima añadimos que dos estrellas consagradas se van a liar a lametones, juegos viciosos y alardes de excesos corporales, los ejecutivos de los estudios se echan las manos a la cabeza.
Dos son los grandes puntales sobre los que se levanta este biopic. Una buena historia mejor contada y una soberbia actuación de uno de los actores que ya parecían haber caído en el olvido. Tanto sus últimas películas como su estado de salud, no hacían de Michael Douglas un referente a tomar en cuenta. Pero como sucede en las grandes noches de espectáculo, lo mejor se deja para el final. También se rumorea que pueda ser la última actuación de Douglas, que ha decido retirarse ('Ant man' (2014) lo contradice). Si fuera cierto, el actor puede sentirse orgulloso del genial personaje que el guionista Richard LaGravanese ('El rey pescador', 1991) ha elaborado para él. Su actuación conmueve, estimula, sobrecoge, sorprende y acapara cada escena en la que sale. Douglas ha sabido mantener el delicado equilibrio entre la actuación y la imitación. Sin caer en la parodia ha construido a Liberance de la nada. Hasta Rob Lowe (el cirujano plástico) hace un buen trabajo. Queda patente que para protagonizar roles de personajes gays, no hace faltar contratar a Rupert Everett en cada ocasión.
Matt Damon, contenido en apariencia, se deja llevar por Douglas. Tanto actor como personaje quedan eclipsados por el monstruoso trabajo del hijo de Espartaco. Una actuación que compensa la historia, desgranada como en pequeñas escenas cotidianas. Contrastes de lujo y exceso. Admiración por los ídolos. Pasión confundida con amor. Amor como vía de escape de dos personajes que saben de su soledad. Se atraen en una continua relación que beneficia a ambos. Uno quiere vivir en la juventud del otro (hasta intentar transformarlo físicamente). Mientras que el joven desea sentir la fuerza de las luces, de las noches sin fin. Sin tapujos, una historia de amor disfrazada con lentejuelas. Pianos imposibles, números musicales (genial Douglas en ellos) que rozan la fascinación con lo hortera. Cada detalle encajando como piezas rotas de un puzzle. Los dos personajes ofrecen unos 15 minutos magistrales. Douglas asusta en su caracterización (irreconocible al final del film) y Soderbergh nos regala una última actuación de Liberance como epitafio, casi de elevación a los cielos (literalmente).
Si Soderbergh decide terminar su carrera con una TV movie tampoco parece ser un mal final. No es un producto menor. Es un gran producto que no ha conseguido abrir puertas. Quizás una remesa de premios, el boca-oreja tan necesario en estos casos y sobre todo el recital que dan ambos actores, valga para que cada día esta TV movie termine por quitarse el apelativo TV como si fuera un insulto.
'Behind the candelabra' viene a demostrar que hasta en pequeñas obras, en proyectos guardados en un cajón y que quizás no lleguen a tener la explotación que merecieran en pantalla, pueden darte grandes sorpresas. Tanto a sus creadores como al público. Con un personaje nada convencional (Liberance) el film arranca en los últimos años de la vida de este espectacular (en su forma) artista. Nada conocido en España pero un ídolo en los EEUU. Soderbergh acarició el proyecto durante años, gracias a la intervención de HBO ('Juego de tronos', 'Los soprano') y sobre todo contar en el reparto con Michael Douglas y Matt Damon, hizo posible su rodaje. ¿Cuál era el problema? Su temática. La homosexualidad no ha sido un gran aliciente en los estudios de cine a la hora de contar una historia. Si encima añadimos que dos estrellas consagradas se van a liar a lametones, juegos viciosos y alardes de excesos corporales, los ejecutivos de los estudios se echan las manos a la cabeza.
Dos son los grandes puntales sobre los que se levanta este biopic. Una buena historia mejor contada y una soberbia actuación de uno de los actores que ya parecían haber caído en el olvido. Tanto sus últimas películas como su estado de salud, no hacían de Michael Douglas un referente a tomar en cuenta. Pero como sucede en las grandes noches de espectáculo, lo mejor se deja para el final. También se rumorea que pueda ser la última actuación de Douglas, que ha decido retirarse ('Ant man' (2014) lo contradice). Si fuera cierto, el actor puede sentirse orgulloso del genial personaje que el guionista Richard LaGravanese ('El rey pescador', 1991) ha elaborado para él. Su actuación conmueve, estimula, sobrecoge, sorprende y acapara cada escena en la que sale. Douglas ha sabido mantener el delicado equilibrio entre la actuación y la imitación. Sin caer en la parodia ha construido a Liberance de la nada. Hasta Rob Lowe (el cirujano plástico) hace un buen trabajo. Queda patente que para protagonizar roles de personajes gays, no hace faltar contratar a Rupert Everett en cada ocasión.
Matt Damon, contenido en apariencia, se deja llevar por Douglas. Tanto actor como personaje quedan eclipsados por el monstruoso trabajo del hijo de Espartaco. Una actuación que compensa la historia, desgranada como en pequeñas escenas cotidianas. Contrastes de lujo y exceso. Admiración por los ídolos. Pasión confundida con amor. Amor como vía de escape de dos personajes que saben de su soledad. Se atraen en una continua relación que beneficia a ambos. Uno quiere vivir en la juventud del otro (hasta intentar transformarlo físicamente). Mientras que el joven desea sentir la fuerza de las luces, de las noches sin fin. Sin tapujos, una historia de amor disfrazada con lentejuelas. Pianos imposibles, números musicales (genial Douglas en ellos) que rozan la fascinación con lo hortera. Cada detalle encajando como piezas rotas de un puzzle. Los dos personajes ofrecen unos 15 minutos magistrales. Douglas asusta en su caracterización (irreconocible al final del film) y Soderbergh nos regala una última actuación de Liberance como epitafio, casi de elevación a los cielos (literalmente).
Si Soderbergh decide terminar su carrera con una TV movie tampoco parece ser un mal final. No es un producto menor. Es un gran producto que no ha conseguido abrir puertas. Quizás una remesa de premios, el boca-oreja tan necesario en estos casos y sobre todo el recital que dan ambos actores, valga para que cada día esta TV movie termine por quitarse el apelativo TV como si fuera un insulto.
Información de más
- Ganadora de 2 Globos de Oro (Mejor TV Movie) y Mejor Actor (Michael Douglas) y de 13 premios Emmy.
- Robin Williams ('Hook', 1991) estuvo como primero opción para interpretar a Liberance durante años.
- La película estuvo rechazada por numerosos estudios por su contenido homosexual. La idea de Soderbergh era realizar una obra de teatro hasta que la cadena HBO se cruzó en el camino.
- Matt Damon tenía 42 años al interpretar a Scott, personaje que comienza el film con 17.
- Rodeado de lujo, excesos y grandes amistades entre celebridades, a su funeral en 1987 sólo asistió Kirk Douglas ('Espartaco', 1960) como ejemplo del star system de los famosos.
- Al año de su muerte se rodaron dos TV movies: 'Liberance' y 'Liberance: behind the music' ambas en 1988.
- Debbie Reynolds (madre de Liberance en el film) fue realmente amiga del pianista.
- LIberance era un fumador empedernido. Michael Douglas tuvo que lidiar en este asunto pues acababa de finalizar un tratamiento anti-cancerígeno de garganta.
Me encantan las peliculas de estreno de HBO siempre tienen ideas originales fabulosas, lo que más me gustó además de la historia fueron las actuaciones de Douglas y Damon.
ResponderEliminarGracias por el comentario. HBO siempre es sinónimo de calidad, pero si encima añadimos nombres como Soderdergh, Douglas y Damon el resultado es superior.
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