Saludos terrícolas. Soy Réquiem por el Cine, y una vez
más vuelvo a vosotros en los albores de la tempestad por una noble causa: el
adiós definitivo tras cinco años a una de las mejores series dramáticas.
Nuestro cocinero preferido se quita el sombrero y en este post rindo homenaje a
sus cinco años de joyas visuales y nervios a flor de piel. Adiós a Mr. White, para
nosotros siempre serás Heissenberg.
¿De qué va?
¿De qué va?
Un estancado profesor de química recibe una noticia que le
cambia la vida: sufre un cáncer terminal con el que duramente llegará al año.
Sin rendirse, decide que lo único que puede hacer es asegurar el futuro de su
mujer embarazada y su hijo con retraso, y para ello emprende un pequeño
laboratorio de metanfetamina. Ayudado por un antiguo alumno que maneja de las
sustancias, pronto irán descubriendo la forma óptima de sacar adelante un
negocio clandestino. Pero sus ambiciones van creciendo y se irán enfrentando a
una constante persecución de la DEA de la mano de su cuñado mientras el barrio
se les queda pequeño. Con su ingenio y la química de su lado, ambos van
creciendo hasta hacerse una leyenda que atrae la atención del cartel mexicano.
El profesor se convierte en Rey y su producto pasa de ser un legado a un
Imperio.
La crítica
Una serie tan polifacética que es difícil esquematizar sus
puntos fuertes. Podríamos hablar de sus protagonistas, un elenco magistral que
ofrece un desarrollo psicológico adictivo y sorprendente a partes iguales. Un
padre cansado que empieza a sentir la fatiga física de la medicación y sin
embargo ahí está, con su delantal y sus calzoncillos desgastados, en una
caravana en mitad del desierto cocinando metanfetamina. Si ese choque visual
como presentación no siembra un precedente quizás lo haga su presentación ante “los
chungos del barrio”, con el sombrero encajado y llamándose a sí mismo
Heissenberg.
Pero si hay todavía no nos lo creíamos, aparece la
franquicia “Los Pollos Hermanos” para terminar de explotar a Walter White en
una sumisión laboral que saca su verdadera naturaleza. Su crecimiento llega al máximo
exponente de egoísmo, avaricia y orgullo: no tiene límites morales ni físicos que
no cruzaría por mantener y aumentar su preciado montón de dinero. Todo ello
para llegar al esperado desenlace: en la hora de la verdad tendrá que reconocer
que no era por la familia, sino que el subidón de adrenalina que lo alimentaba
le hacía sentir vivo. Toca cerrar asuntos pendientes de la mejor y única forma
posible, sin límites, arriesgándolo todo a una carta, la de un hombre
desesperado que mantiene la suficiente sangre fría para hacerlo bien después de
todo.
Pero Mr. White no estaba solo todo este tiempo. Su fiel
escudero yonkie, Pinkman, le ha acompañado adaptándose a las enseñanzas de su
maestro y a medio camino entre el mayor colocón del siglo y una moralidad que
sorprendentemente establecía la línea de lo correcto. Una actuación sublime que
al igual que la serie sufre una intensificación en su recta final hasta
alcanzar justicia poética.
Si hablamos de la familia las sensaciones son más dispersas:
Skyler ha conseguido que la odiemos y la amemos casi a partes iguales
dependiendo de las tonterías que le apetecía hacer en ese momento, pero ha
logrado mantener el tipo e irse con la cabeza alta. Hank, la única pizca de
justicia de la serie, se ha pasado todo el tiempo buscando fantasmas. Como no podía
ser de otra forma se ha ido con su placa brillando en un pecho orgulloso
sabiendo que hacia lo correcto, pese a lo que ello significase (momento
cojonazos).
El resto del elenco a la altura de una serie tan
impredecible como buena: Saul, la chispa de humor satírico y retorcido que les
ayuda a sacar las castañas del fuego; Gus, quien iba a decir todo lo que podía ocultar
detrás de esas simples gafas, el némesis de Heissenerg; Mike, el sicario abuelillo
que usaba la mente fría y las pistolas como mi abuela el ganchillo, y una de
las despedidas más jodidas de la serie.
Ya ha quedado claro que las actuaciones y el progreso en la
historia de cada personaje forman uno de los pilares básicos de esta maravilla
de serie, pero no es la única. Una trama que se presenta como simple y va
ganando en complejidad al mismo tiempo que añade giros nuevos que sorprenden,
han sido los detonantes de su adicción
Por si eso fuera poco, la narrativa visual (empezar la
temporada con un guiño al futuro, por ejemplo), los momentos épicos que han
quedado grabados en nuestras mentes (bañera, caravana, ricina, tortuga, timbre,
peluche, bidón, cárcel...) han aportado el toque detallista del que su creador
ha hecho gala en numerables ocasiones. Todo ello con planos imposibles, un
abuso de cenitales que hacia las delicias del ojo experto, contraplanos y usos
de luz que son una joya artística, y el componente sonoro, han sido los ingredientes
finales que han hecho de Breaking Bad de lo mejor que podemos encontrar en la
historia de la televisión.
En resumen, una serie que no destaca por nada en especial
porque cada minúsculo detalle la compone es una obra maestra, cuidada y mimada
hasta el extremo para transportarte a una historia vertiginosa que te atrapa
desde el primer momento. Todo ello para conducirte a un cierre sublime que da
la talla después de cinco inmejorables temporadas.
Información de más
- El papel de Jesse Pinkman solo iba a durar una temporada, pero al ver la química que había en la pantalla y el cariño del público hacia el personaje se decidió hacerle compañero de WW.
- El final original de la serie era el de la cuarta temporada, pero debido al aluvión de peticiones se consiguió la idea perfecta para mantenerla una más. El resultado: brillante.
- El personaje de Saul cuenta con un spin-off que podría ver la luz el año que viene.
- En los Emmys del 2013 la serie se ha despedido con el Premio a Mejor Serie Dramática, y Skyler a Mejor Actriz de Reparto en Drama.
- El título del capítulo final oculta el siguiente significado:
Nota final: 10
Leeré este post cuando haya terminado la serie. Aunque no haya spoilers, me gusta hacerlo así. Acabo de terminar la primera temporada mientras el resto del mundo llora por su fin...
ResponderEliminarBesos!!
Detalles, detalles, y detalles! De eso esta lleno Breaking Bad. Y eso crea una conexión o afinidad entre creador-personaje-espectador tremenda. Me ha gustado mucho la crítica, una serie que empecé tarde y que me atrapó por su contenido, su historia, sus personajes y su narrativa. A los personajes los odias y los quieres, te cabreas y sufres con ellos.
ResponderEliminarUna de las mejores series de la historia, sin duda.
Saludos!
El hijo, que dices que es "retrasado", tiene una parálisis cerebral, al igual que RJ Mitte, el estupendo actor que lo interpreta. No estaría de más que te informases antes.
ResponderEliminar