En nuestro imaginario colectivo tenemos en mente a un criminal en concreto. Es sádico por necesidad; inteligente por motivación; manipulador por deleite y educado con innato talento. Implacable con extrema crudeza cuando sus deseos y sus objetivos se mezclan. Pero hay un detalle que se suma a los anteriores. Tiene una peculiar forma de tratar la grosería de sus adversarios, los malos gustos de sus víctimas y la torpeza de sus oponentes. Para deshacerse de tan variada colección de enemigos, nuestro criminal en común no utiliza ridículos cuchillos o hachas. Él es más sutil: se los come.
Sí, queridos niños y niñas, ante ustedes el psicópata mas perturbador que hayan visto nuestros ojos. El villano por antonomasia. El Doctor Hannibal Lecter. Las novelas de Thomas Harris nos regalaron la creación de este mito. El cine en varias ocasiones le puso rostro...pero en esta ocasión, es nuestra amada caja catódica (TV para los más jóvenes) la que nos lleva un paso más allá. Ahora gracias a ella, podemos disfrutar del buen doctor una vez por semana. Acomódense... la mesa está dispuesta.
¿De qué va?
Will Graham (Hugh Dancy) es un analista del FBI experto en atrapar peligrosos asesinos en serie gracias a su extraordinario método de trabajo. Empatiza con el criminal lo que le ayuda a entenderlos y saber qué les motiva. Pero los brutales asesinatos de jóvenes chicas que investiga hacen que Graham necesite la ayuda de Hannibal Lecter (Mads Mikkelsen), un prestigioso psiquiatra que colaborará con el FBI en la captura del asesino en serie. Poco a poco la relación entre Will Graham y Lecter se irá transformando en un juego mental peligroso donde lo real y lo grotesco se mezclan.
Sí, queridos niños y niñas, ante ustedes el psicópata mas perturbador que hayan visto nuestros ojos. El villano por antonomasia. El Doctor Hannibal Lecter. Las novelas de Thomas Harris nos regalaron la creación de este mito. El cine en varias ocasiones le puso rostro...pero en esta ocasión, es nuestra amada caja catódica (TV para los más jóvenes) la que nos lleva un paso más allá. Ahora gracias a ella, podemos disfrutar del buen doctor una vez por semana. Acomódense... la mesa está dispuesta.
¿De qué va?
Will Graham (Hugh Dancy) es un analista del FBI experto en atrapar peligrosos asesinos en serie gracias a su extraordinario método de trabajo. Empatiza con el criminal lo que le ayuda a entenderlos y saber qué les motiva. Pero los brutales asesinatos de jóvenes chicas que investiga hacen que Graham necesite la ayuda de Hannibal Lecter (Mads Mikkelsen), un prestigioso psiquiatra que colaborará con el FBI en la captura del asesino en serie. Poco a poco la relación entre Will Graham y Lecter se irá transformando en un juego mental peligroso donde lo real y lo grotesco se mezclan.
La crítica
Fue extraño que tardaran tanto en crear una serie basada en el universo de Thomas Harris. Sobre todo, siendo Hannibal Lecter un personaje tan seductor y atractivo para el espectador. Pero la espera ha merecido la pena. Y mucho. Brian Fuller ha creado para la NBC una serie compacta y bien estructurada. Algo difícil, pues el material debía ser novedoso para sorprender al público, que ya había visto las versiones en cine o leído las novelas, pero a la vez debían respetar las formas y los engranajes de los personajes. Llevar a la pequeña pantalla una referencia cinematográfica no ha salido bastante bien últimamente ('Blade', 'Crónicas de Sarah Connor'...), pero puedo aseguraros que en este caso la versión para TV de las andanzas del doctor Lecter ha sido excelente.
La combinación, a primera vista, ha salido a la perfección. La historia nos sitúa a Will Graham tratando de volver al FBI tras una mala experiencia, dudando de su metodología para atrapar asesinos. El caso que le ocupa hace que Jack Crawford (Laurence Fishburne) asigne a Will con un psiquiatra para que intente ayudarle personalmente. Hannibal Lecter no sólo ayudará a Will en una relación paciente-doctor, sino que irá más allá involucrándose en la persecución del asesino en serie.
Este factor, hace que la tensión de la serie aumente, pues vemos a un Lecter que campa a sus anchas por edificios, calles y lugares de Baltimore. El público se mantiene en alerta, pues espera del personaje esos brotes de violencia con regusto a los que nos tiene acostumbrados. Pero en los primeros capítulos el personaje se contiene, lo que hace ir in crescendo la tensión.
La elección de Dancy como Will Graham es muy acertada. Dota al personaje de debilidades, dudas e incluso sentimientos de culpa muy alejados de la imagen que teníamos en el cine. Mads Mikkelsen interpreta a Lecter con sobriedad, elegancia, hasta con cierto toque humano (algo alejado en las películas o novelas). Mantiene las reglas establecidas que creó T. Harris. Vemos su refinado gusto por la música, la historia o el arte. Pero sobre todo, su pasión por la cocina. La serie lo refleja de una manera original, titulando cada episodio (trece en total) con nombres de recetas que aparecen en el capítulo. Detalle patrio al contar la serie con el cocinero José Andrés como asesor culinario. Pese a que la sombra de Anthony Hopkins (olvidar los otros dos referentes) es alargada, Mikkelsen ofrece una muy buena interpretación.
La serie se centra en los hechos acontecidos antes de la novela-película 'Dragon Rojo'. Nos cuenta el momento que Graham y Lecter entablan su relación profesional que deriva casi en una amistad. Durante la temporada veremos como esa "amistad" se pervierte poco a poco hacía una manipulación por parte de Lecter cuando ve en Will posibilidades de que descubra su otra pasión relacionada con la cocina: el canibalismo. Factor que la serie muestra en diversas cenas con Hannibal como anfitrión. Vemos a Jack Crawford y su esposa cenar con él. A una asociación de amantes de la música clásica e incluso al propio Will a la mesa. Siempre con la duda o certeza de que en los platos hay un sabor que se escapa a los comensales.
El eje de la trama, gira en torno a Garred Jacob Hobbs, un psicópata que mata a chicas adolescentes para evitar así asesinar a su propia hija, Abigail. Graham matará a Garred pero verá en Abigail una futura asesina en serie. Lecter manipulará a ambos en su propio beneficio. La mezcla de personajes y sus motivaciones es ambiciosa y por momentos llega a confundir al espectador. Llegando incluso a presentar a Lecter tratado por una psiquiatra, Bedelia DuMarier, con la que tal vez en el pasado hubiera existido algo más, interpretada por Gilliam Anderson ('Expediente X').
Toda la serie se cubre de una atmósfera crepuscular, morbosa casi decadente. No aparecen lugares públicos, como calles o grandes concentraciones de personas. eso hace que la ambientación se cierre sobre los personajes, como si deambularan entre sueños o pesadillas. Otro de los aspectos con los que juega la serie es éste: los sueños. Graham sufre terribles pesadillas que dotan a los capítulos de un halo de angustia. Extrañas figuras y horribles sensaciones en la mente de Graham se extrapolan más tarde a los sucesos que viven el resto de los personajes.
Los crímenes, tanto de Lecter como de otros asesinos, son mostrados de forma cruda y sin tapujos. La serie no hace concesiones y es valiente en este concepto pues de otro modo hubiera restado credibilidad a los seguidores del personaje. No busca ser morbosa, pero lo consigue. No trata de escandalizar, pero logra incomodar. Baltimore aparece más como lugar de ensoñamiento que como ciudad. Lecter campa a sus anchas por los episodios, siendo sus apariciones cada vez más retorcidas y positivas para la serie. Es el motor y empuje que el público necesita. El universo de Hannibal es grotesco a la par que cautivador.
La terna de directores de cada episodio es magnífica. David Slade ('Hard Candy', '30 días de oscuridad', 'Eclipse', 'Breaking Bad'). Peter Medak ('Breaking Bad', 'Caso Abierto' o la genial 'Al Final de la Escalera'). Guillermo Navarro, espectacular director de Fotografía ('Laberinto del fauno', 'Jackie Brown', 'Pacific Rim'). O John Dahl ('Rounders', 'Breaking Bad', 'Dexter'). Lo que marca el estilo visual de la serie. Sobria, desgarradora, con momentos de extrema crudeza e inteligentes giros argumentales, como el capítulo final: donde una imagen trastoca nuestros sentidos. Alguien pasea lentamente por un pasillo muy familiar, el del hospital para enfermos mentales de Baltimore. Pero hay una gran diferencia. Al llegar a la celda más famosa del cine (ahora de TV) vemos a Will Graham encerrado. Al otro lado, impasible alguien le mira. Will se levanta y dice: 'Hola doctor Lecter'.
En conjunto, es una serie que me ha dejado un buen sabor de boca. Con hambre de más. Una excelente visión y adaptación del mundo sanguinolento de Hannibal Lecter. De aconsejada visión para paladares selectos.La segunda temporada promete. El listón está alto.
Fue extraño que tardaran tanto en crear una serie basada en el universo de Thomas Harris. Sobre todo, siendo Hannibal Lecter un personaje tan seductor y atractivo para el espectador. Pero la espera ha merecido la pena. Y mucho. Brian Fuller ha creado para la NBC una serie compacta y bien estructurada. Algo difícil, pues el material debía ser novedoso para sorprender al público, que ya había visto las versiones en cine o leído las novelas, pero a la vez debían respetar las formas y los engranajes de los personajes. Llevar a la pequeña pantalla una referencia cinematográfica no ha salido bastante bien últimamente ('Blade', 'Crónicas de Sarah Connor'...), pero puedo aseguraros que en este caso la versión para TV de las andanzas del doctor Lecter ha sido excelente.
La combinación, a primera vista, ha salido a la perfección. La historia nos sitúa a Will Graham tratando de volver al FBI tras una mala experiencia, dudando de su metodología para atrapar asesinos. El caso que le ocupa hace que Jack Crawford (Laurence Fishburne) asigne a Will con un psiquiatra para que intente ayudarle personalmente. Hannibal Lecter no sólo ayudará a Will en una relación paciente-doctor, sino que irá más allá involucrándose en la persecución del asesino en serie.
Este factor, hace que la tensión de la serie aumente, pues vemos a un Lecter que campa a sus anchas por edificios, calles y lugares de Baltimore. El público se mantiene en alerta, pues espera del personaje esos brotes de violencia con regusto a los que nos tiene acostumbrados. Pero en los primeros capítulos el personaje se contiene, lo que hace ir in crescendo la tensión.
La elección de Dancy como Will Graham es muy acertada. Dota al personaje de debilidades, dudas e incluso sentimientos de culpa muy alejados de la imagen que teníamos en el cine. Mads Mikkelsen interpreta a Lecter con sobriedad, elegancia, hasta con cierto toque humano (algo alejado en las películas o novelas). Mantiene las reglas establecidas que creó T. Harris. Vemos su refinado gusto por la música, la historia o el arte. Pero sobre todo, su pasión por la cocina. La serie lo refleja de una manera original, titulando cada episodio (trece en total) con nombres de recetas que aparecen en el capítulo. Detalle patrio al contar la serie con el cocinero José Andrés como asesor culinario. Pese a que la sombra de Anthony Hopkins (olvidar los otros dos referentes) es alargada, Mikkelsen ofrece una muy buena interpretación.
La serie se centra en los hechos acontecidos antes de la novela-película 'Dragon Rojo'. Nos cuenta el momento que Graham y Lecter entablan su relación profesional que deriva casi en una amistad. Durante la temporada veremos como esa "amistad" se pervierte poco a poco hacía una manipulación por parte de Lecter cuando ve en Will posibilidades de que descubra su otra pasión relacionada con la cocina: el canibalismo. Factor que la serie muestra en diversas cenas con Hannibal como anfitrión. Vemos a Jack Crawford y su esposa cenar con él. A una asociación de amantes de la música clásica e incluso al propio Will a la mesa. Siempre con la duda o certeza de que en los platos hay un sabor que se escapa a los comensales.
El eje de la trama, gira en torno a Garred Jacob Hobbs, un psicópata que mata a chicas adolescentes para evitar así asesinar a su propia hija, Abigail. Graham matará a Garred pero verá en Abigail una futura asesina en serie. Lecter manipulará a ambos en su propio beneficio. La mezcla de personajes y sus motivaciones es ambiciosa y por momentos llega a confundir al espectador. Llegando incluso a presentar a Lecter tratado por una psiquiatra, Bedelia DuMarier, con la que tal vez en el pasado hubiera existido algo más, interpretada por Gilliam Anderson ('Expediente X').
Toda la serie se cubre de una atmósfera crepuscular, morbosa casi decadente. No aparecen lugares públicos, como calles o grandes concentraciones de personas. eso hace que la ambientación se cierre sobre los personajes, como si deambularan entre sueños o pesadillas. Otro de los aspectos con los que juega la serie es éste: los sueños. Graham sufre terribles pesadillas que dotan a los capítulos de un halo de angustia. Extrañas figuras y horribles sensaciones en la mente de Graham se extrapolan más tarde a los sucesos que viven el resto de los personajes.
Los crímenes, tanto de Lecter como de otros asesinos, son mostrados de forma cruda y sin tapujos. La serie no hace concesiones y es valiente en este concepto pues de otro modo hubiera restado credibilidad a los seguidores del personaje. No busca ser morbosa, pero lo consigue. No trata de escandalizar, pero logra incomodar. Baltimore aparece más como lugar de ensoñamiento que como ciudad. Lecter campa a sus anchas por los episodios, siendo sus apariciones cada vez más retorcidas y positivas para la serie. Es el motor y empuje que el público necesita. El universo de Hannibal es grotesco a la par que cautivador.
La terna de directores de cada episodio es magnífica. David Slade ('Hard Candy', '30 días de oscuridad', 'Eclipse', 'Breaking Bad'). Peter Medak ('Breaking Bad', 'Caso Abierto' o la genial 'Al Final de la Escalera'). Guillermo Navarro, espectacular director de Fotografía ('Laberinto del fauno', 'Jackie Brown', 'Pacific Rim'). O John Dahl ('Rounders', 'Breaking Bad', 'Dexter'). Lo que marca el estilo visual de la serie. Sobria, desgarradora, con momentos de extrema crudeza e inteligentes giros argumentales, como el capítulo final: donde una imagen trastoca nuestros sentidos. Alguien pasea lentamente por un pasillo muy familiar, el del hospital para enfermos mentales de Baltimore. Pero hay una gran diferencia. Al llegar a la celda más famosa del cine (ahora de TV) vemos a Will Graham encerrado. Al otro lado, impasible alguien le mira. Will se levanta y dice: 'Hola doctor Lecter'.
En conjunto, es una serie que me ha dejado un buen sabor de boca. Con hambre de más. Una excelente visión y adaptación del mundo sanguinolento de Hannibal Lecter. De aconsejada visión para paladares selectos.La segunda temporada promete. El listón está alto.
Información de más
- La serie consta de 13 episodios. La segunda, a diferencia de la mayoría de otras series, contará nuevamente con 13.
- Ha tenido una media de 4 millones de espectadores.
- Para el papel de Lecter se barajaron nombres como Michael Fassbender o David Tennant.
- Lifetime, productora TV, prepara otro spin-off 'Clarice' donde relata la relación entre Hannibal Y Clarice Starling.
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