Piensa en un Psicokiller que te ponga a mil. Por ejemplo, Dexter Morgan, el forense más friki de la TV. ¿Qué tal Michael Myers? Un experto en fiestas pre-navideñas. O mejor aún, Jigsaw y su metodología para involucrarte en juegos macabros. Quizás prefieras a mentes eruditas y con paladares selectos como Hannibal Lecter o Leatherface. A los más jóvenes os gustará pensar en Ghostface y su particular manera de tropezarse con los muebles. Algunos tendrán en su imaginación a Freddy Krueger. Otros os decantaréis por John Doe y sus siete pecados. Hasta habrá algunos que digáis que os pone como una moto Patrick Bateman y estilo de yuppie asesino. Pero lo que tal vez no sepáis es que todos ellos tienen un denominador en común. Una semilla de donde germinó este maravilloso árbol de grotescos seres. El padre de las más absolutas perturbaciones tiene un nombre. Él es la piedra angular sobre la que el cine ha forjado esta serie de mitos que habitan en nuestras podridas mentes. Niños y niñas, señoras y señores, permitirme que os presente al causante de vuestros males: Norman Bates.
¿De qué va?
¿De qué va?
Norman Bates (Freddie Highmore) es un joven de quince años que se traslada con madre, Norma (Vera Farmiga), a Oregón tras la muerte de su padre. Compran un motel con el cuál reiniciar una nueva vida lejos de todo. Pero pronto la relación entre madre e hijo comienza a tomar giros sorprendentes que yacían en lo profundo de sus mentes. Norman siente adoración por su madre y hará cualquier cosa por ella con tal de complacerla.
La crítica
Ante todo, calma. El tema a tratar hoy es harto complicado, bastante polémico y con muchas lagunas e interrogantes a los que responder. No es novedoso que la TV haga suyos personajes o historias que el cine ha encumbrado. Últimamente tenemos casos que apoyan esta afirmación: 'Marvel's Agent of S.H.I.E.L.D.', 'Drácula', 'Hannibal', 'Sleepy Hollow'... Hay ejemplos que han salido mejor parados que otros. Por ello, una figura emblemática del cine como Norman Bates, un icono del cine como 'Psicosis' y la sombra eterna e imborrable del maestro Alfred Hitchcock, hacían que tocar el asunto fuera tarea de suicidas. Pues bien, es maravilloso comprobar cómo en TV existen más suicidas que en el cine. No quiero comentar esa leyenda sobre Ana Obregón y su adaptación de 'Homeland', me niego.
La productora A&E bajo el amparo de Universal, creadora de la película original, nos presenta la visión moderna y actualizada de Norman Bates. La serie se inicia con la muerte del padre y el traslado consiguiente a Oregón (en la original es en California) de Norman y su madre. Las novedades son evidentes. Veremos los años mozos del psicópata más famoso y su relación tormentosa con su madre. Conoceremos de primera mano sus motivaciones, influencias e inquietudes de una forma que en la película sólo podríamos imaginar. Vale, le quita encanto. Pero es el show bussines.
No podemos poner el grito en cielo al ver a un Bates joven, atribulado y que usa el smartphone con la misma soltura que un cuchillo. Hemos sido testigos de otras actualizaciones como en 'Sherlock' y la verdad que dan un nuevo impulso tanto a la historia como al personaje. Quizás el shock más traumático sea el poner voz y rostro a una madre histórica del cine. Tanto uno como otro personaje están perfilados de un modo intimista, como no podría ser otra manera en TV. Freddie Highmore como Norman Bates, tiene ante sí un reto cuando menos difícil de afrontar: que nos olvidemos de Anthony Perkins. Vera Farmiga (Norma, madre) puede disfrutar de más cancha a la hora de enfocar a su personaje. Será manipulador, caótico, mal pensado e impulsivo, a la par de metódico. Rasgos que luego iremos viendo en el joven zagal que además obtendrá influencias ajenas a su madre.
La visión de Bates como serie se hace como un salto de fe. No puedo sino levantar las cejas cuando veo al mozalbete de Norman en un instituto y sus previsibles consecuencias al estar junto a tanta virgen de buen merecer. La verdad que puede ser todo un desafío asimilar todo este entramado sin hacer moverse en su tumba al creador de la novela Robert Bloch. El hasta ahora escritor de 'The Jersey' o 'El fin de la inocencia', Anthony Cipriano, hace suya la historia para rebozarla de trazos y referencias a la original para que el espectador se vaya asentando. Es maravilloso al menos volver al interior de esa hipnótica casa. Recorrer pasillos y estancias. Contemplar la cama donde años más tarde la madre se acostará por siempre. Y cómo no, el Motel. Veremos el día de su inauguración. Visitaremos sus asepticas habitaciones, con rigurosa utilización de sus duchas.
También es grato los guiños cinéfilos que la serie dará a los seguidores del terror. Personajes como el sheriff del pueblo o la maestra del instituto tienen nombres tan adorados en el cine de sangre como Romero (sheriff) o Carpenter (maestra). Y sobre todo, alguna sorpresa más guardada en la serie como otros familiares muy allegados a Norman.
¿Volveremos a escuchar la espeluznante (de buena) banda sonora de Bernard Herrmann? Bueno, eso lo descubriréis si sois pacientes. Al mando de la batuta está Chris Bacon ('Codigo Fuente', 'Gnomeo y Julieta') y tiene frente a sí un tremendo reto. Casi tanto como Freddie Highmore ('Charlie y la fábrica de chocolate' o 'Descubriendo Nunca Jamás') al que cuando le eligieron como Norman Bates seguramente escuchó en su cabeza la atronadora composición de la escena de la ducha.
La serie cuenta con mi agrado, aunque con más dudas que certezas. Demasiados cambios para algo que ya estaba bien hecho. Soy de la opinión que la serie hubiera tenido más fuerza si la centrasen en el comienzo de los años 50, respetando así el clima de la película. Pero claro, he dicho que la TV está llena de suicidas, no de creadores.
La productora A&E bajo el amparo de Universal, creadora de la película original, nos presenta la visión moderna y actualizada de Norman Bates. La serie se inicia con la muerte del padre y el traslado consiguiente a Oregón (en la original es en California) de Norman y su madre. Las novedades son evidentes. Veremos los años mozos del psicópata más famoso y su relación tormentosa con su madre. Conoceremos de primera mano sus motivaciones, influencias e inquietudes de una forma que en la película sólo podríamos imaginar. Vale, le quita encanto. Pero es el show bussines.
No podemos poner el grito en cielo al ver a un Bates joven, atribulado y que usa el smartphone con la misma soltura que un cuchillo. Hemos sido testigos de otras actualizaciones como en 'Sherlock' y la verdad que dan un nuevo impulso tanto a la historia como al personaje. Quizás el shock más traumático sea el poner voz y rostro a una madre histórica del cine. Tanto uno como otro personaje están perfilados de un modo intimista, como no podría ser otra manera en TV. Freddie Highmore como Norman Bates, tiene ante sí un reto cuando menos difícil de afrontar: que nos olvidemos de Anthony Perkins. Vera Farmiga (Norma, madre) puede disfrutar de más cancha a la hora de enfocar a su personaje. Será manipulador, caótico, mal pensado e impulsivo, a la par de metódico. Rasgos que luego iremos viendo en el joven zagal que además obtendrá influencias ajenas a su madre.
La visión de Bates como serie se hace como un salto de fe. No puedo sino levantar las cejas cuando veo al mozalbete de Norman en un instituto y sus previsibles consecuencias al estar junto a tanta virgen de buen merecer. La verdad que puede ser todo un desafío asimilar todo este entramado sin hacer moverse en su tumba al creador de la novela Robert Bloch. El hasta ahora escritor de 'The Jersey' o 'El fin de la inocencia', Anthony Cipriano, hace suya la historia para rebozarla de trazos y referencias a la original para que el espectador se vaya asentando. Es maravilloso al menos volver al interior de esa hipnótica casa. Recorrer pasillos y estancias. Contemplar la cama donde años más tarde la madre se acostará por siempre. Y cómo no, el Motel. Veremos el día de su inauguración. Visitaremos sus asepticas habitaciones, con rigurosa utilización de sus duchas.
También es grato los guiños cinéfilos que la serie dará a los seguidores del terror. Personajes como el sheriff del pueblo o la maestra del instituto tienen nombres tan adorados en el cine de sangre como Romero (sheriff) o Carpenter (maestra). Y sobre todo, alguna sorpresa más guardada en la serie como otros familiares muy allegados a Norman.
¿Volveremos a escuchar la espeluznante (de buena) banda sonora de Bernard Herrmann? Bueno, eso lo descubriréis si sois pacientes. Al mando de la batuta está Chris Bacon ('Codigo Fuente', 'Gnomeo y Julieta') y tiene frente a sí un tremendo reto. Casi tanto como Freddie Highmore ('Charlie y la fábrica de chocolate' o 'Descubriendo Nunca Jamás') al que cuando le eligieron como Norman Bates seguramente escuchó en su cabeza la atronadora composición de la escena de la ducha.
La serie cuenta con mi agrado, aunque con más dudas que certezas. Demasiados cambios para algo que ya estaba bien hecho. Soy de la opinión que la serie hubiera tenido más fuerza si la centrasen en el comienzo de los años 50, respetando así el clima de la película. Pero claro, he dicho que la TV está llena de suicidas, no de creadores.
Información de más
- 'Bates Motel' también fue una película en 1987. En principio se iba a rodar una serie pero sólo se hizo el episodio piloto. En ella, Norman Bates lega el motel a un compañero de manicomio. Casi nada...
- Norman Bates influyó en los futuros psicokillers, pero él a su vez está basado en Ed Gein, un personaje real de los años 50 que mataba y despellejaba a sus victimas. 'Ed Gein' (2000)
- 'Bates Motel' tiene una web donde podemos visitar las instalaciones del lugar como si en verdad existiera. http://www.batesmoteloregon.com/
- Aunque toda la ambientación transcurre en al actualidad, tanto la casa como el motel tienen el diseño original.
- El diario secreto que Norman Bates descubre se puede visitar en formato de iBook. http://batesmotel.wikia.com/wiki/Jiao's_Sketchbook
- En España la estrenará TNT.
- Cuenta con 2 temporadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario