Este fin de semana se estrenaban en nuestra cartelera una buena cantidad de películas, debido sobre todo a que tenía más días de lo habitual. Un buen reclamo para las productoras que se guardaban un par de ases en la manga y los han soltado para nuestro deleite o, en este caso, desengaño (al menos por mi parte).
¿De qué va?
Julian (Ryan Gosling) y su hermano Billy (Tom Burke) regentan un gimnasio de boxeo en Bangkok. Se trata de una tapadera para su verdadero trabajo que es el de tráfico de drogas. Una noche, Billy asesina a una prostituta adolescente. Se entrega a la policía y ésta a su vez le entrega al padre de la niña, que no duda ni un segundo en asesinarlo para vengar a su hija. La madre de Billy, Crystal (Kristin Scott Thomas), viaja a Bangkok dónde le pedirá a Julian que vengue a su hermano.
La crítica
Sin desprestigiar al director por su anterior trabajo, 'Solo Dios perdona' es una sombra de lo que fue su antecesora. Una buena sombra, sí, pero nada más. Las buenas críticas de 'Drive' azuzaron al director para realizar un film similar que contara nuevamente con su actor principal, Gosling.
Una historia de cruel venganza es lo que propone la última película de Nicolas Winding Refn. Lo conoceréis por su reciente obra 'Drive', que ha cosechado muy buenas críticas. Personalmente, esa película se encuentra entre mis favoritas. Un reclamo más que suficiente para comprobar si la espectacular película había sido dirigida por una joven promesa o era fruto de un talento efímero.
Sin desprestigiar al director por su anterior trabajo, 'Solo Dios perdona' es una sombra de lo que fue su antecesora. Una buena sombra, sí, pero nada más. Las buenas críticas de 'Drive' azuzaron al director para realizar un film similar que contara nuevamente con su actor principal, Gosling.
El tema de la venganza da pie a un sinfín de películas de acción, persecuciones, tiroteos, héroes inmortales, protagonistas carismáticos y malos malísimos. Sin embargo, este filme es un thriller, y prefiere ser algo más. Para ello se dota de una calma inusitada en sus acciones. Recurre al silencio como conductor evocador de los sentimientos de los personajes, que dicen más cuando callan que cuando hablan. El problema reside en que si los personajes no hablan nada, como es el caso de Gosling, parece una tomadura de pelo. Nos perdemos en nuestros propios pensamientos, haciendo cábalas, sin llegar adivinar que es lo que realmente pasa por la mente del personaje. Gosling es el súmmum con su constante, e inquietante, inexpresividad. Únicamente se deja llevar en una ocasión en la que se permite soltar un grito.
El director ha creado una atmósfera magnética a través de la estilización de la violencia y la composición visual. Si no abandonamos la sala antes de que acabe la película, es por la creación que hace el director de una atracción visual arrolladora. Un conjunto de fotografías perfectas escena a escena, plano a plano. Donde prima la forma por encima del contenido. Es bonito pero al final parece estar vacío.
La historia nos lleva al corazón de una familia (madre e hijo) marcada por el odio y el deseo de venganza, donde la madre empujará a su hijo para que se convierta en el asesino del que mató a su hermano. La redención solo es posible si el culpable está muerto. El asunto no será tan fácil, puesto que hay un policía que está dispuesto a acabar con el asunto, sin prisa pero sin pausa. Digo sin prisa, porque este señor, cada vez que consigue avanzar en el caso, se va a un karaoke a cantarle a sus compañeros baladas sobre amores perdidos. Cara de estupefacción se nos queda ante la esperpéntica escena.
Crystal, interpretada por una soberbia Kristin Scott Thomas, es uno de los puntos fuertes de la película. Un personaje bien perfilado, imparable hasta sus últimas consecuencias. Lo mismo le sucede a Chang, el policía, igual de incansable e imperturbable. Un hombre con un particular sentido de la justicia que será el contrapunto de Crystal y Julian.
El ritmo y el color que presenta el metraje nos pueden hipnotizar en varias ocasiones. Sin embargo, la estatua en la que se ve convertido el protagonista y la falta de empuje de los diálogos o la ausencia de ellos, provoca que acabes cansándote de la película a marchas forzadas.
En definitiva, 'Solo Dios perdona' es un potente filme en cuanto a belleza visual que, aunque posee una historia con gancho y buenos actores, se pierde en las formas y se olvida del resto, dejando una sensación de vacío de la que difícilmente nos libraremos, aunque la poderosa banda sonora nos incite a seguir mirando la pantalla a la espera de algo más.
Información de más
- Ryan Gosling sólo dice 22 líneas de texto durante toda la película.
- El papel de Julian iba a ser para Luke Evans pero debido a problemas de agenda con el rodaje de 'El Hobbit' tuvo que sustituirle Gosling.
- Es el segundo trabajo del director que dedica a Alejandro Jodorowski, tras Drive.
- El filme fue nominado en el pasado Festival de Cannes.
Nota final: 6
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