Curiosa y tristemente desconocida es la historia de los pioneros Cynic. Fundados en 1987 por el batería Sean Reinert y el vocalista/guitarrista Paul Masvidal (los únicos miembros de la formación original que siguen en el grupo) como una banda de metal extremo, tomaron en 1993 una nueva dirección con su álbum debut 'Focus', incorporando elementos de jazz, fusion e incluso new wave. La salida de este álbum de culto fue seguida por una repentina disolución del grupo en 1994, para luego reunirse en 2007 estrenando bajista y guitarrista. En 2008, la presentación de su nuevo disco 'Traced in air' dejó boquiabiertos (para bien o para mal) a los fans de su predecesor por el nuevo cambio de dirección mucho más influenciado por el rock progresivo e incluso el pop. Paul y los suyos habían cambiado, y ese era el camino que en adelante seguirían; por ese camino sigue 'Kindly bent to free us', la nueva propuesta de los floridenses. ¿Qué se les habrá ocurrido esta vez?
Ficha Técnica:
- Título: Kindly bent to free us
- Artista: Cynic
- Género: Rock Progresivo
- Año de publicación: 2014
- Discográfica: Season Of Mist
- Duración: 46' 24" (8 pistas + 1 bonus track)
- País: E.E.U.U
La crítica
Por supuesto, estoy aquí para criticar un álbum y no la historia que lo precede. Sin embargo, se trata de un dato importante para comprender por qué este disco ha dividido tantas opiniones en el mundillo del metal extremo, al cual Cynic claramente ya no pertenece (exceptuando algunos guiños en 'Traced in air'). Tengámoslo claro: 'Kindly bent to free us' no es sólo un álbum de rock progresivo medianamente competente, sino que también representa el sonido de una banda originalmente de death metal fusionesco-jazzístico que en los últimos años ha comenzado a animar a los asistentes a practicar yoga durante sus conciertos.
Aún así, Paul y Sean siguen estando al mando, lo cual implica que ha cambiado la música pero no el espíritu. Ahí siguen las guitarras contundentes y melódicas con algunos solos ocasionales bastante currados, las letras espirituales, los ligeros efectos en la voz de Paul (mucho menos marcados que en el pasado, permitiéndonos apreciar cuanto ha mejorado como cantante), etc. Se trata de un estilo que no deja indiferente. Puede gustar, puede aburrir, puede enamorar, puede asquear, pero siempre sorprende; además, este es el álbum más accesible del catálogo de Cynic.
No hay ningún tema que decepcione, pero tampoco uno que destaque excepcionalmente. Quizá este sea el defecto que le encuentro, y puede que no esté siendo totalmente justo al comparar este 'Kindly bent to free us' con sus predecesores, pero así es la cosa; no hay un tema mortalmente épico como aquel 'King of those who know', no hay un cierre emotivo como 'Nunc stans', no hay un experimento instrumental como 'Textures'... Parece un recogido de ideas de un estilo similar pero menos intenso, menos pasional, con el mismo carácter pero ligeramente descafeinado. Los temas son buenos: la sección central de 'Infinite shapes', los solos de 'Moon earth sun head', las melodías de 'True hallucination speak' y 'The lion's roar'... El disco está plagado de buenas ideas y detalles, pero creo que hay potencial sin aprovechar.
Terminan los tres cuartos de hora que dura 'Kindly bent to free us' (bonus track incluída) y uno piensa: ya está. Esto era. No hay más. Y podría haber habido más, pero no lo hay; sin embargo no es un sentimiento de decepción, sino más bien de nostalgia. Y eso, desde luego, es algo que los recién llegados a Cynic se ahorrarán. En vez de eso se encontrarán un álbum de rock progresivo muy decente, con buenas ideas, elementos técnicos y ambientales, buenas letras y, en general, un estilo sorprendente y fresco. Totalmente recomendable.
Aún así, Paul y Sean siguen estando al mando, lo cual implica que ha cambiado la música pero no el espíritu. Ahí siguen las guitarras contundentes y melódicas con algunos solos ocasionales bastante currados, las letras espirituales, los ligeros efectos en la voz de Paul (mucho menos marcados que en el pasado, permitiéndonos apreciar cuanto ha mejorado como cantante), etc. Se trata de un estilo que no deja indiferente. Puede gustar, puede aburrir, puede enamorar, puede asquear, pero siempre sorprende; además, este es el álbum más accesible del catálogo de Cynic.
Paul Masvidal y Sean Reinert, la espina dorsal de Cynic. |
Terminan los tres cuartos de hora que dura 'Kindly bent to free us' (bonus track incluída) y uno piensa: ya está. Esto era. No hay más. Y podría haber habido más, pero no lo hay; sin embargo no es un sentimiento de decepción, sino más bien de nostalgia. Y eso, desde luego, es algo que los recién llegados a Cynic se ahorrarán. En vez de eso se encontrarán un álbum de rock progresivo muy decente, con buenas ideas, elementos técnicos y ambientales, buenas letras y, en general, un estilo sorprendente y fresco. Totalmente recomendable.
Y para muestra un botón:
Nota final: 3/5
Bastante buena la crítica. El problema de bandas como Cynic es que suelen poralizar opiniones, prácticamente los amas o los odias. Generalmente no hay medias tintas. En lo personal me gustó mas el Traced in Air que su álbum debút, concuerdo con el inicio pues es una banda que no demerita en varios sentidos la escena metalera.
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