Después de asistir a la proyección de 'Birdman' a uno le queda la sensación de que el propio director del film, el mejicano Alejandro González Iñárritu (sueño con el momento en el que en los Oscars, el presentador de turno tenga que pronunciar su nombre), viendo la trascendencia de sus anteriores películas ha decidido dar un golpe encima de la mesa y exclamar a viva voz un "hasta aquí hemos llegado". El giro en su carrera hacia la ¿comedia? puede ser considerado un cambio radical pero nosotros no podemos hacer otra cosa que aplaudirle a rabiar por haber tomado esa decisión.
¿De qué va?
¿De qué va?
Riggan Thompson (Michael Keaton) es un actor conocido por haber interpretado al superhéroe Birdman en el pasado. Ahora lucha por montar una obra de teatro en Broadway con la que ser reconocido como el gran actor que es. En los días anteriores al estreno de la obra, deberá luchar consigo mismo para tratar de sacar adelante el proyecto para poder dar un giro a su vida y a su carrera.
La crítica
El cambio radical que supone 'Birdman' dentro de la carrera de González Iñárritu es total. No es sólo el haber cambiado de género pasando del drama lleno de tremendismo al que nos tenía acostumbrados por la comedia negra, sino que además incluso cambia radicalmente su manera de rodar. Estamos ante una historia mucho más lineal a la que le sienta de maravilla que haya sido rodada en falso plano secuencia, auténtica proeza de planificación y desarrollo, que sirve para otorgarle al film una capa de cinema verité que se aleja totalmente de las múltiples capas e historias cruzadas que inundaron la primera etapa de su carrera, en la que colaboró en la mayoría de ocasiones con Guillermo Arriaga como guionista.
Ese tono de autenticidad se amplifica aún más con el uso de la música compuesta para la ocasión por Antonio Sánchez, considerado uno de los mejores baterías del mundo, y que ha utilizado únicamente el sonido del instrumento que mejor conoce, creando un BSO orgánica, enérgica y nerviosa, alejada de todo lo que estamos acostumbrados a escuchar en una sala de cine. A pesar que en algunos momentos pueda sonar hasta irritante es algo totalmente premeditado que acentúa a la perfección el estado mental cercano a la paranoia de Riggan Thompson.
Pero Riggan Thompson no está solo. A su lado tiene a Jake (Zach Galifianakis), su amigo y representante, encargado de controlar su carrera; su hija Sam (Emma Stone), asistente personal permanentemente enfadada con el mundo; Lesley (Naomi Watts), una actriz que siempre ha soñado con triunfar en Broadway; su novia Laura (Andrea Riseborough), a la que no presta suficiente atención; y Mike (Edward Norton), un actor que pone demasiada intensidad en todo lo que hace y que lleva lo de ser 'actor del método' hasta los últimos extremos.
Todos intentan ayudarle en su empeño pero en la mayoría de casos sólo consiguen alterarle aún más. ¿Realmente está loco o simplemente estamos ante una percepción alterada de la realidad? Esa dualidad planea sobre la película durante todo el metraje, haciéndonos dudar constantemente de la realidad de su estado mental, de si realmente Birdman le habla y aconseja ejerciendo de ángel/diablo o simplemente todo es producto de su imaginación.
Una dualidad que queda en entredicho en su maravillosa escena final, en la que realidad y ficción (o paranoia, según se mire) se funden en la mirada emocionada de Emma Stone.
No es casual que Michael Keaton haya sido el elegido para interpretar a 'Birdman'. Al igual que su personaje, aunque con una repercusión en su vida no tan radical, el haber interpretado a Batman marcó su carrera y después de muchos años parece que por fin ahora va a ser reconocido su talento como actor, algo que Riggan Thompson busca desesperadamente, renegando de todo ese cine lleno de explosiones pero vacío de contexto que representa la saga de Birdman.
Como suele ser habitual en estos casos, ha tenido que ser alguien de fuera el que ha tenido el valor de decirle a la cara a Hollywood que está podrido por hacer que prevalezcan los millones por encima de la calidad y las historias, y que en definitiva, ya no es el que era.
Es evidente que Hollywood va a seguir a lo suyo pero la llegada de 'Birdman' representa un rayo de esperanza porque a pesar de todo, sigue habiendo lugar para las buenas películas.
La crítica
El cambio radical que supone 'Birdman' dentro de la carrera de González Iñárritu es total. No es sólo el haber cambiado de género pasando del drama lleno de tremendismo al que nos tenía acostumbrados por la comedia negra, sino que además incluso cambia radicalmente su manera de rodar. Estamos ante una historia mucho más lineal a la que le sienta de maravilla que haya sido rodada en falso plano secuencia, auténtica proeza de planificación y desarrollo, que sirve para otorgarle al film una capa de cinema verité que se aleja totalmente de las múltiples capas e historias cruzadas que inundaron la primera etapa de su carrera, en la que colaboró en la mayoría de ocasiones con Guillermo Arriaga como guionista.
Ese tono de autenticidad se amplifica aún más con el uso de la música compuesta para la ocasión por Antonio Sánchez, considerado uno de los mejores baterías del mundo, y que ha utilizado únicamente el sonido del instrumento que mejor conoce, creando un BSO orgánica, enérgica y nerviosa, alejada de todo lo que estamos acostumbrados a escuchar en una sala de cine. A pesar que en algunos momentos pueda sonar hasta irritante es algo totalmente premeditado que acentúa a la perfección el estado mental cercano a la paranoia de Riggan Thompson.
Pero Riggan Thompson no está solo. A su lado tiene a Jake (Zach Galifianakis), su amigo y representante, encargado de controlar su carrera; su hija Sam (Emma Stone), asistente personal permanentemente enfadada con el mundo; Lesley (Naomi Watts), una actriz que siempre ha soñado con triunfar en Broadway; su novia Laura (Andrea Riseborough), a la que no presta suficiente atención; y Mike (Edward Norton), un actor que pone demasiada intensidad en todo lo que hace y que lleva lo de ser 'actor del método' hasta los últimos extremos.
Todos intentan ayudarle en su empeño pero en la mayoría de casos sólo consiguen alterarle aún más. ¿Realmente está loco o simplemente estamos ante una percepción alterada de la realidad? Esa dualidad planea sobre la película durante todo el metraje, haciéndonos dudar constantemente de la realidad de su estado mental, de si realmente Birdman le habla y aconseja ejerciendo de ángel/diablo o simplemente todo es producto de su imaginación.
Una dualidad que queda en entredicho en su maravillosa escena final, en la que realidad y ficción (o paranoia, según se mire) se funden en la mirada emocionada de Emma Stone.
No es casual que Michael Keaton haya sido el elegido para interpretar a 'Birdman'. Al igual que su personaje, aunque con una repercusión en su vida no tan radical, el haber interpretado a Batman marcó su carrera y después de muchos años parece que por fin ahora va a ser reconocido su talento como actor, algo que Riggan Thompson busca desesperadamente, renegando de todo ese cine lleno de explosiones pero vacío de contexto que representa la saga de Birdman.
Como suele ser habitual en estos casos, ha tenido que ser alguien de fuera el que ha tenido el valor de decirle a la cara a Hollywood que está podrido por hacer que prevalezcan los millones por encima de la calidad y las historias, y que en definitiva, ya no es el que era.
Es evidente que Hollywood va a seguir a lo suyo pero la llegada de 'Birdman' representa un rayo de esperanza porque a pesar de todo, sigue habiendo lugar para las buenas películas.
Información de más
- La película está filmada como si fuera un plano secuencia continuo. Para conseguir este efecto, los actores ensayaron (interpretación, diálogos y movimientos por los escenarios) durante un mes en Los Ángeles.
- Antonio Sánchez grabó la BSO en un estudio de Los Angeles improvisando sobre la marcha mientras le era proyectada una copia de la película.
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