Dentro de la variedad de actores que hay en Hollywood sobresalen los
llamados héroes de acción. Esta clase de actores son fornidos, bestias pardas
que si te las encuentras por la calle no dudas en salir por patas, les has visto
dar hostias: no quieres recibir. Es cierto que muchos de estos están muy faltos
de talentos interpretativos, puesto que se encasillan solos en papeles que no
dan mucho que ofrecer. Sin embargo, un actor belga rompió los esquemas en
2008 contándonos su historia, y hoy hablaremos de ello.
¿De qué va?
El famoso actor belga Jean-Claude Van Damme está pasando por una muy mala situación: acaba de divorciarse y lucha por la custodia de su hija. Por si no fuera poco, hace tiempo que no logra estar en una película de verdad, como las que protagonizaba antes. Pero lo peor aún está por venir: al entrar en una oficina de correos para sacar dinero se ve metido en pleno atraco.
La crítica
No todos nuestros héroes de acción pueden decir "eh, yo interpreté de verdad en una película, he dejado de lado lo de dar tundas". Es de agradecer que haya héroes de acción como Stallone Schwarzenegger, Statham, etc, gustan al público en general y la mayoría tenemos uno preferido. Pero no nos engañemos, muchos de nosotros desearíamos que de vez en cuando colgasen esos hábitos y nos diesen una actuación ejemplar. Muchos dirán "esa no es su especialidad", pero para eso está Van Damme: para destrozar esa regla.
'JCVD' es la obra más personal de Jean-Claude Van Damme como actor. En ella daremos un repaso a su desastrosa situación. Su lista de problemas es de lo más variopinta: no consigue dar con un proyecto decente, se acaba de divorciar y está luchando por la custodia de su hija, una batalla más que pérdida.
La obra de El Mechri mezcla esa cruda realidad de la vida del actor belga con lo que vendría a ser un día de mala suerte. Cuando Van Damme se dirige a correos para sacar algo de dinero y pagar a su abogado, es metido de lleno en el atraco de dicha oficina. Para colmo, la policía cree que él es el responsable del atraco, su actual mala racha le precede y no hay ni una sola duda de que él es el malo.
¿Consideramos una interpretación válida el interpretarse a sí mismo? Pues sí, ¿Por qué no? De hecho todos somos personajes que podríamos ser interpretados por cualquiera. Ese es el papel de Van Damme en esta película: ser él mismo y abrirse en público, totalmente. El actor belga consigue mostrarnos su lado más humano a través de todas sus desgracias actuales, que como ya he dicho, no son pocas. Se nos muestra a un personaje de lo más triste, el cual aunque no parezca que haya tirado la toalla, el resto si que la ha tirado por él y por ello no consigue levantar cabeza.
Decir que se luce sería incluso quedarse corto. El impacto que genera el kickboxer es inmenso, puesto que hasta la fecha no se le había visto actuar como hasta ahora. Pero por si no fuera poco, la cosa va aún a más y vemos que realmente Jean-Claude Van Damme sabe actuar y mucho. Quizás es el hecho de haber vivido todo lo que vivió para que se desenvuelva mejor o quizás es la suerte de un día de inspiración, pero nadie podrá decir que no lo hace realmente bien.
Si dejamos de lado ese atractivo (el principal) la obra pierde muchísimo encanto. A nivel argumental poco más salvo el eterno de Van Damme se salva. Mabrouk El Mechri tampoco es que sea lo mejor en cuanto dirección y se nota. La película no consigue meter de lleno al espectador en el hilo argumental por distintos motivos: séase por la falta de interés que ofrece la obra (si no fuera porque queremos saber más de JCVD, sería realmente muy pesada) o por la manera ilógica de mostrarnos los sucesos en diferentes hilos temporales. Si, entiendo que se quiera innovar, pero no se trata de hacer que el espectador pierda el interés de la obra cada dos por tres.
Es cierto que se puede ver la película como una mezcla de largometraje y
documental, pero seguramente podrían haber sacado más tajada si se hubiesen
centrado en una de las dos. Al romper con el ritmo de la obra en tres ocasiones
a modo documental, el ambiente generado anteriormente desaparece. Es más, el atraco es un portento de más que pretende dar más atractivo a la obra pero es puro fondo: solo interesa lo que JCVD tenga que decirnos, nada más.
Y tampoco sería una cinta recomendable de no ser por ese discurso que se
pega Van Damme al final del metraje. No puedo recordar cuanto tiempo fue, pero
no se me olvidarán algunas de las cosas que dice el actor. Empezando por lo
próximo que es a nosotros al hablarnos de su carrera, del paso por Hollywood y
todas las comparaciones que hace (a los que lo hayan visto recordarán cuando
habla de la postura del samurái, por poner un ejemplo). Gracias a este
discurso, a ver a Van Damme actuar de verdad y a que colocan lo mejor de todo
el largometraje en su desenlace, el valor de este es mucho mayor.
Quizás como película 'JCVD' no acaba de convencer, sin embargo como
"experiencia" o "experimento" al ver como un icono del
genero de acción de los noventa, un héroe de acción como lo fue Jean-Claude Van
Damme, se abre por completo al público y nos cuenta como ha acabado donde está
en ese momento, actuando de verdad, nos convence. Por ello recomiendo el
visionado de esta obra, como una cinta diferente y de calidad.
Información de más
- La
escena del taxi fue totalmente improvisada. Mabrouk El Mechri le dijo a
Van Damme que fuese amable con la conductora, que no importaba lo que ella
dijese.
- El
director asegura que el 30% de la película fue improvisada.
- La
revista Time nombró la actuación de Van Damme como la segunda mejor de
2008, solo superada por el Joker de Heath Ledger en 'El caballero oscuro'.
Nota final: 7
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