Después de ver 'Fast & Furious 6' prometí que no volvería a caer en las garras de Vin Diesel y compañía si se volvían a reunir para una nueva entrega. Pero pasaron los meses y un día me descubrí pensando en que necesitaba imperiosamente ver las nuevas aventuras de Dominic Toretto y compañía. Cosas del marketing hollywoodiense, supongo. Vista 'Fast & Furious 7' he vuelto a jurar y perjurar que nunca más... pero creo que ni yo mismo apostaría en mi favor si se diese la ocasión.
¿De qué va?
Ha pasado un año desde que Dominic Toretto (Vin Diesel) y su equipo regresasen a Estados Unidos tras ser indultados por el gobierno después de haber neutralizado la amenaza que suponía el terrorista Owen Shaw (Luke Evans). Desean adaptarse a su nueva vida pero el entorno ya no es el mismo. Dom intenta acercarse de nuevo a Letty (Michelle Rodriguez) y Brian (Paul Walker) lucha por acostumbrarse a una vida apacible y aburrida al lado de Mia (Jordana Brewster) y su hijo. Pero esa apacible vida pronto se verá truncada con la llegada de Deckard (Jason Statham), un ex militar británico dispuesto a vengarse de los que acabaron con su hermano Owen.
La crítica
La saga 'Fast & Furious' goza de una salud envidiable. Con cada nueva película estrenada se superaban las espectativas anteriores y la cosa parecía que no tendría fin. Pero la muerte de Paul Walker a poco de finalizar el rodaje de la 7ª entrega dejó en entredicho el futuro de la franquicia.
Llegar a una 7ª parte implica básicamente que, a pesar de repetir la fórmula una y otra vez, has conseguido ofrecer cada vez algo nuevo con lo que enganchar muchas veces al espectador. Con los años, los responsables de 'Fast & Furious' han encontrado el equilibro perfecto que necesitaban sus películas. Los primeros 3 films, mucho más convencionales, fueron exitosos y recaudaron una media de 200 millones de dólares cada uno pero fue a partir del 4 título, 'Fast & Furious' (recordemos que el título del primer film era 'The Fast and the Furious', perdiendo después el "The" en los posteriores títulos) cuando empezaron a sentarse las bases de lo que a partir de entonces ha sido la saga. Las persecuciones en coche y las escenas de acción empezaron a volverse mucho más espectaculares, más propias de sagas como la de James Bond o 'Misión: Imposible'. El éxito fue estratosférico: casi 400 millones de dólares en todo el mundo, prácticamente el doble de lo que recaudaban hasta el momento.
Esa cuarta película fue una especie de reboot de la saga. Se mantuvieron los personajes y habilmente se enlazaron los cabos sueltos que había entre algunas películas para que todo tuviese sentido (la escena después de créditos de la 6ª parte alteraba el final que habíamos visto en la 2ª parte). El éxito fue todavía mayor (más de 600 millones de dólares) y a partir de ese momento cada nueva película fue una nueva vuelta de tuerca, aumentando la espectacularidad y las piruetas imposibles hasta límites insospechados.
Y eso es precisamente lo que nos da 'Fast & Furious 7' pero en esta ocasión eso no es tan buena notícia, porque forzar la máquina puede llevar a caer en la autoparodia. Sabemos que una película de estas características sin escenas de acción trepidantes no tiene ningún sentido pero hay que saber parar cuando uno ve que se está pasando de la raya.
En 'Fast & Furious 7' tenemos coches cayendo de un avión en paracaidas, aterrizando plácidamente (es un decir) en una carretera. Vemos como Dwayne Johnson y Elsa Pataky caen por una ventana desde lo alto de un edifico aterrizando encima de un coche sin hacerse ni un rasguño (aunque después el personaje de 'The Rock' aparezca en la habitación de un hospital). Somos testigos de un brutal choque frontal entre Vin Diesel y Jason Statham en el que ambos salen de sus coches destrozados como si nada. Aunque la escena que para mi se lleva la palma a la más absurda es la lucha entre Michelle Rodriguez y una guardia de seguridad saudí interpretada por la especialista en artes marciales Ronda Rousey, ambas con trajes de fiesta y subidas a unos tacones de escándalo, en las que a pesar de los terribles mamporros y puñetazos que se arrean la una a la otra, apenas sangran ni se les corre ni una gota de maquillaje.
Pero esto es 'Fast & Furious' y es evidente que esa espectacularidad rozando lo ridículo está más que buscada. Esa es la clave de su éxito, saber ser pura diversión. Cuanto más inverosímiles sean sus imágenes más éxito va a tener. La saga sabe reírse de ella misma y sobretodo no engaña a nadie. El que busque diálogos profundos y filosóficos que vaya preparándose para una retahíla de frases típicas y tópicas, la mayoría de ellas saliendo por boca de Vin Diesel.
Estaríamos de acuerdo en que los protagonistas del film no son precisamente grandes intérpretes (la saga no lo necesita) pero se permite el lujo de ir incorporando actores que poco a poco van dando algo más de caché a la saga. Primero fue Dwayne 'The Rock' Johnson en la 5ª entrega y ahora es el turno de Jason Statham y de Kurt Russell, ambos en papeles a su medida.
Statham es el típico villano que no se detendrá ante nada ni nadie para lograr su objetivo, el papel más plano (que ya es decir) de toda la película. Statham nunca ha sido un actor de demasiados recursos pero en esta ocasión no lo necesita. Por su parte, Kurt Russell se toma más a guasa su papel, el de un agente del gobierno que les encomienda a Toretto y su equipo encontrar a un peligroso hacker que ha creado un dispositivo que cayendo en malas manos puede desencadenar el caos mundial.
Ese hacker, Ramsey resulta ser una joven y bellísima muchacha (Nathalie Emmanuel), que como no podría ser de otra manera, encandila a varios de los integrantes de la banda, los interpretados por Ludacris y Tyrese Gibson, que casualmente son los únicos personajes solteros de la película.
Que la joven hacker sea un bellezón de aúpa tampoco es casual. Eso da pie a otra escena típica (y que de nuevo entronca con otra película de 007), en la que la joven, después de bañarse en la playa sale del agua portando un minúsculo bañador. La escena está mostrada a cámara lenta para poder darnos tiempo a admirar el cuerpo de la actriz. Y es que otro de los puntos inverosímiles y al mismo tiempo otro razón del éxito de 'Fast & Furious 7' es precisamente que todos y cada unos de los personajes que aparecen son cuerpos perfectos, al igual que ocurre en las películas de Michael Bay, un director que perfectamente encajaría como director de alguna película de la saga.
En este caso y sorprendentemente, la labor de director ha sido encomendada a James Wan, hasta el momento sólo director de películas de terror, que ha salvado con notable éxito la papeleta, aunque Justin Lin, director de 5 de las 7 películas rodadas sigue siendo el que mejores secuencias de acción ha rodado hasta el momento, siendo el inicio de la 6ª película (secuencia rodada en las Canarias) la mejor y más espectacular de todas.
No podemos olvidarnos de Paul Walker. Su muerte trastocó los planes de la franquicia hasta el punto que se pensó en abandonar su rodaje pero finalmente tras modificar el guión y gracias a la ayuda de los efectos digitales y de los hermanos de Walker haciendo de dobles del actor, se pudieron completar todas sus escenas. El resultado es un sentido homenaje al actor que permite a sus compañeros darle un último adios lleno de emotividad, aunque todo hay que decirlo, exprimiendo al máximo la muerte del actor para tocar la fibra del espectador.
Es evidente que la trágica noticia no ha hecho otra cosa que aumentar las recaudaciones de la película en el momento de su estreno (con más de 800 millones de dólares de recaudación se ha convertido en la película más exitosa de la saga) pero ahora habría que preguntarse si la saga puede continuar sin un personaje como el que interpretaba Walker, aunque si tomamos como ejemplo la saga de James Bond, que a pesar de cambiar cíclicamente al protagonista ha continuado rodando films de éxito, la supervivencia de la franquicia está más que asegurada.
No hay duda de que la idea de los productores es que el próximo año llegue a las pantallas de todo el mundo 'Fast & Furios 8', obviamente sin Paul Walker. Tocará entonces decidir si se decide a mantener a su personaje con los rasgos de otro actor o si bien se da entrada a un nuevo personaje que de alguna manera venga a suplir el hueco dejado por Walker. Será entonces cuando veremos si la vida de la saga 'Fast & Furious' puede alargarse unos cuantos capítulos más o si la falta del actor será un escollo demasiado duro de superar.
¿De qué va?
Ha pasado un año desde que Dominic Toretto (Vin Diesel) y su equipo regresasen a Estados Unidos tras ser indultados por el gobierno después de haber neutralizado la amenaza que suponía el terrorista Owen Shaw (Luke Evans). Desean adaptarse a su nueva vida pero el entorno ya no es el mismo. Dom intenta acercarse de nuevo a Letty (Michelle Rodriguez) y Brian (Paul Walker) lucha por acostumbrarse a una vida apacible y aburrida al lado de Mia (Jordana Brewster) y su hijo. Pero esa apacible vida pronto se verá truncada con la llegada de Deckard (Jason Statham), un ex militar británico dispuesto a vengarse de los que acabaron con su hermano Owen.
La crítica
La saga 'Fast & Furious' goza de una salud envidiable. Con cada nueva película estrenada se superaban las espectativas anteriores y la cosa parecía que no tendría fin. Pero la muerte de Paul Walker a poco de finalizar el rodaje de la 7ª entrega dejó en entredicho el futuro de la franquicia.
Llegar a una 7ª parte implica básicamente que, a pesar de repetir la fórmula una y otra vez, has conseguido ofrecer cada vez algo nuevo con lo que enganchar muchas veces al espectador. Con los años, los responsables de 'Fast & Furious' han encontrado el equilibro perfecto que necesitaban sus películas. Los primeros 3 films, mucho más convencionales, fueron exitosos y recaudaron una media de 200 millones de dólares cada uno pero fue a partir del 4 título, 'Fast & Furious' (recordemos que el título del primer film era 'The Fast and the Furious', perdiendo después el "The" en los posteriores títulos) cuando empezaron a sentarse las bases de lo que a partir de entonces ha sido la saga. Las persecuciones en coche y las escenas de acción empezaron a volverse mucho más espectaculares, más propias de sagas como la de James Bond o 'Misión: Imposible'. El éxito fue estratosférico: casi 400 millones de dólares en todo el mundo, prácticamente el doble de lo que recaudaban hasta el momento.
Esa cuarta película fue una especie de reboot de la saga. Se mantuvieron los personajes y habilmente se enlazaron los cabos sueltos que había entre algunas películas para que todo tuviese sentido (la escena después de créditos de la 6ª parte alteraba el final que habíamos visto en la 2ª parte). El éxito fue todavía mayor (más de 600 millones de dólares) y a partir de ese momento cada nueva película fue una nueva vuelta de tuerca, aumentando la espectacularidad y las piruetas imposibles hasta límites insospechados.
Y eso es precisamente lo que nos da 'Fast & Furious 7' pero en esta ocasión eso no es tan buena notícia, porque forzar la máquina puede llevar a caer en la autoparodia. Sabemos que una película de estas características sin escenas de acción trepidantes no tiene ningún sentido pero hay que saber parar cuando uno ve que se está pasando de la raya.
En 'Fast & Furious 7' tenemos coches cayendo de un avión en paracaidas, aterrizando plácidamente (es un decir) en una carretera. Vemos como Dwayne Johnson y Elsa Pataky caen por una ventana desde lo alto de un edifico aterrizando encima de un coche sin hacerse ni un rasguño (aunque después el personaje de 'The Rock' aparezca en la habitación de un hospital). Somos testigos de un brutal choque frontal entre Vin Diesel y Jason Statham en el que ambos salen de sus coches destrozados como si nada. Aunque la escena que para mi se lleva la palma a la más absurda es la lucha entre Michelle Rodriguez y una guardia de seguridad saudí interpretada por la especialista en artes marciales Ronda Rousey, ambas con trajes de fiesta y subidas a unos tacones de escándalo, en las que a pesar de los terribles mamporros y puñetazos que se arrean la una a la otra, apenas sangran ni se les corre ni una gota de maquillaje.
Pero esto es 'Fast & Furious' y es evidente que esa espectacularidad rozando lo ridículo está más que buscada. Esa es la clave de su éxito, saber ser pura diversión. Cuanto más inverosímiles sean sus imágenes más éxito va a tener. La saga sabe reírse de ella misma y sobretodo no engaña a nadie. El que busque diálogos profundos y filosóficos que vaya preparándose para una retahíla de frases típicas y tópicas, la mayoría de ellas saliendo por boca de Vin Diesel.
Estaríamos de acuerdo en que los protagonistas del film no son precisamente grandes intérpretes (la saga no lo necesita) pero se permite el lujo de ir incorporando actores que poco a poco van dando algo más de caché a la saga. Primero fue Dwayne 'The Rock' Johnson en la 5ª entrega y ahora es el turno de Jason Statham y de Kurt Russell, ambos en papeles a su medida.
Statham es el típico villano que no se detendrá ante nada ni nadie para lograr su objetivo, el papel más plano (que ya es decir) de toda la película. Statham nunca ha sido un actor de demasiados recursos pero en esta ocasión no lo necesita. Por su parte, Kurt Russell se toma más a guasa su papel, el de un agente del gobierno que les encomienda a Toretto y su equipo encontrar a un peligroso hacker que ha creado un dispositivo que cayendo en malas manos puede desencadenar el caos mundial.
Ese hacker, Ramsey resulta ser una joven y bellísima muchacha (Nathalie Emmanuel), que como no podría ser de otra manera, encandila a varios de los integrantes de la banda, los interpretados por Ludacris y Tyrese Gibson, que casualmente son los únicos personajes solteros de la película.
Que la joven hacker sea un bellezón de aúpa tampoco es casual. Eso da pie a otra escena típica (y que de nuevo entronca con otra película de 007), en la que la joven, después de bañarse en la playa sale del agua portando un minúsculo bañador. La escena está mostrada a cámara lenta para poder darnos tiempo a admirar el cuerpo de la actriz. Y es que otro de los puntos inverosímiles y al mismo tiempo otro razón del éxito de 'Fast & Furious 7' es precisamente que todos y cada unos de los personajes que aparecen son cuerpos perfectos, al igual que ocurre en las películas de Michael Bay, un director que perfectamente encajaría como director de alguna película de la saga.
En este caso y sorprendentemente, la labor de director ha sido encomendada a James Wan, hasta el momento sólo director de películas de terror, que ha salvado con notable éxito la papeleta, aunque Justin Lin, director de 5 de las 7 películas rodadas sigue siendo el que mejores secuencias de acción ha rodado hasta el momento, siendo el inicio de la 6ª película (secuencia rodada en las Canarias) la mejor y más espectacular de todas.
No podemos olvidarnos de Paul Walker. Su muerte trastocó los planes de la franquicia hasta el punto que se pensó en abandonar su rodaje pero finalmente tras modificar el guión y gracias a la ayuda de los efectos digitales y de los hermanos de Walker haciendo de dobles del actor, se pudieron completar todas sus escenas. El resultado es un sentido homenaje al actor que permite a sus compañeros darle un último adios lleno de emotividad, aunque todo hay que decirlo, exprimiendo al máximo la muerte del actor para tocar la fibra del espectador.
Es evidente que la trágica noticia no ha hecho otra cosa que aumentar las recaudaciones de la película en el momento de su estreno (con más de 800 millones de dólares de recaudación se ha convertido en la película más exitosa de la saga) pero ahora habría que preguntarse si la saga puede continuar sin un personaje como el que interpretaba Walker, aunque si tomamos como ejemplo la saga de James Bond, que a pesar de cambiar cíclicamente al protagonista ha continuado rodando films de éxito, la supervivencia de la franquicia está más que asegurada.
No hay duda de que la idea de los productores es que el próximo año llegue a las pantallas de todo el mundo 'Fast & Furios 8', obviamente sin Paul Walker. Tocará entonces decidir si se decide a mantener a su personaje con los rasgos de otro actor o si bien se da entrada a un nuevo personaje que de alguna manera venga a suplir el hueco dejado por Walker. Será entonces cuando veremos si la vida de la saga 'Fast & Furious' puede alargarse unos cuantos capítulos más o si la falta del actor será un escollo demasiado duro de superar.
Información de más
- Según Vin Diesel, el personaje de Kurt Russell, secundario en esta ocasión, tendría un papel mucho más importante en futuras secuelas.
- Uno de los hermanos de Paul Walker, Cody, tiene pensado empezar una carrera como actor y se dijo que, aprovechando el parecido con el actor fallecido, tal vez podría ser él el encargado de retomar el papel de Brian O'Conner.
- Debido a la muerte de Walker, el presupuesto de la película se ha disparado hasta los 250 millones de dólares, muy superior a lo que un film de estas características suele costar.
- La escena en la que Vin Diesel y Paul Walker saltan de un edificio a otro a bordo de un Lykan Hypersport es, según Lee Loveridge, físico de la Universidad de Pierce en EE.UU., una de las más realistas de toda la película. Tomando los datos de los edificios y de la potencia del coche, se han elaborado unos cálculos que determinan que no sería descabellado conseguir lo que nos muestra la película.
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