Sitges 2015: ¡No estamos acreditados, pero nos da igual! DIAS 5 y 6 [Especiales]

Afrontábamos las siguientes jornadas de Festival habiendo hecho acopio de suficientes reservas de colirio para ir hidratando periodicamente nuestros ojos puesto que empezaban a acumularse las horas sentado frente a la pantalla de cine.

El quinto día de Festival que comenzaba con una nueva versión del mito de Frankenstein trasladado esta vez a nuestros días y que tiene la particularidad de que el monstruo es creado no con partes de cadáveres sino mediante una impresora 3D. 

'Frankenstein', que en un alarde de originalidad así se llama el film, ha sido dirigido por Bernard Rose y resulta ser una actualización mucho más sangrienta y gore de lo que se esperaba, cosa que fue recibida con aplausos y vítores por parte del público presente en la proyección. A pesar de ser una historia mil veces tratada en el cine, Rose consigue darle un enfoque nuevo centrándose directamente en el monstruo, Adam, interpretado magníficamente por Xavier Samuel.


De un clásico del terror como el monstruo de Frankenstein pasábamos a un clásico en general del cine como es el género del western,  y allí nos esperaba S. Craig Zahler con 'Bone Tomahawk', una de las películas más esperadas del Festival y que había sido definida por algunos como una mezcla entre 'Centauros del desierto' y 'Holocausto Caníbal'.

La primera hora de película transcurre dentro de lo que un western típico podría ofrecernos. Los personajes son presentados al espectador y el film avanza con un ritmo ciertamente lento y pausado, algo de lo que el propio director avisó justo antes de la proyección (proyectar una película a las 23,45 h. daba pie a la tentadora idea de cerrar los ojos y dar una pequeña cabezada).

Foto (c) Sitges Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya

Pero nada más lejos de la realidad. A pesar de su ritmo, el espectador que consigue entrar en el juego que propone el film queda atrapado rápidamente y el premio a esa paciencia consiste en asistir a un climax final absolutamente impactante.


Otro film igual de esperado (o incluso más) que 'Bone Tomahawk' era el 'Macbeth' interpretado por Michael Fassbender y Marion Cotillard, que, decían los entendidos, venía dispuesto a hacer las delicias del público. Y aunque en muchos aspectos lo consiguió la sensación final no fue del todo satisfactoria.


'Macbeth' está impecablemente rodada y la interpretación de Fassbender es espectacular (otro día ya hablaremos de Marion Cotillard...) pero eso no salva la película. El texto es el que es y a pesar del buen hacer de todo el elenco (Marion Cotillard, eso no va por ti...) uno no pudo evitar aburrirse en la parte central del film, tal vez debido a que el texto ha sido recortado y el film cae en una cierta precipitación. A pesar de todo estamos ante una muy poderosa adaptación del texto de Shakespeare en la que debemos destacar también los escenarios naturales donde ha sido rodada, algo que consigue impregnar al film de esa sensación fantasmagórica que tiene el texto original.


Dejábamos de lado el clasicismo shakesperiano para adentrarnos ahora en un relato mucho más contemporáneo como el que nos presentaba 'February', dirigida por Osgood Perkins, hijo del mítico Anthony Perkins, algo que obviamente no tenía nada que influir en el resultado final del film pero que esperábamos que fuese una señal por lo menos premonitoria de lo que podríamos encontrarnos... y curiosamente uno de sus momentos más potentes remite indiscutiblemente a 'Psicosis', el film más mítico interpretado por el padre del director, en la que una mujer y un cuchillo son las protagonistas de la escena aunque en esta ocasión, sin ducha por medio. 

'February' no tiene nada que ver con 'Psicosis' más allá de la anecdótica coincidencia. Es difícil sorprender cuando un film aborda el tema de la posesión demoníaca puesto que prácticamente ya lo hemos visto todo (incluso podríamos decir que después de una película como 'El Exorcista' ya no nos queda nada más que ver). Lo que empieza como un relato angustioso en el que unas jóvenes quedan aisladas en el internado en el que estudian deriva en el slasher más crudo, todo bajo la excusa de la posesión diabólica de los personajes.


La desestructura narrativa del film no ayuda e incluso parece que las historias paralelas que nos explican pertenezcan a diferentes películas. Únicamente un final en el que todos los personajes parecen ponerse las pilas decidiendo actuar contundentemente los unos con los otros parece conseguir que el relato remonte consiguiendo asi dejar de aburrirnos como lo había hecho hasta el momento.


Nos quedaba un único pase por delante, el de 'Cemetery of splendour' de Apichatpong Weerasethakul uno de esos directores que divide a la crítica en dos bandos ferozmente enfrentados: el de los que lo aman y opinan que su cine es puro arte y poesía visual y los que lo detestan y lo consideran un peñazo de mucho cuidado. 

Nosotros pertenecemos al segundo grupo.


Esta es la sinopsis de la película: "En una antigua escuela reconvertida en improvisado hospital, unos soldados son tratados de una extraña enfermedad que les produce una somnolencia constante." Y lo que nos pasó como espectadores del film fue que acabamos convertidos en los soldados protagonistas, acabando nuestra jornada festivalera durmiendo plácidamente en las cómodas butacas del Auditori.


Notas:
  • Frankenstein 6
  • Bone Tomahawk 8
  • Macbeth 6
  • February 5
  • Cemetery of splendour (?)


   

 










Carlos

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