Se considera a Steven Spielberg un maestro y no es para menos. Desde sus
inicios a dado grandes películas al público como 'Jaws', 'Encuentros en la
tercera fase' o 'E.T. el extraterrestre', así como personajes que pasarán a la
historia del cine como el gran Indiana Jones. Y aunque no me considere un fan
incondicional del director (básicamente porque no he visto todo lo que querría
de este titán del cine), he de reconocer que su labor en este mundillo es
impresionante.
Pero aún y cuando sabes que Spielberg es un maestro, te sorprende con una cinta de tres horas y cuarto de duración basada en eventos acontecidos durante la segunda guerra mundial que logra estremecer al público con imágenes que, por mucho que sean recreaciones, en su momento fueron reales. Obra maestra donde las haya: 'La lista de Schindler'.
¿De qué va?
Polonia, segunda guerra mundial. Oskar Schindler (Liam Neeson) decide levantar una fábrica y explotar a los judíos para hacerse tremendamente rico. Aunque él no tienen ni idea de dirigir una empresa, consigue lo necesario: el apoyo de los nazis y un buen contable, Stern (Ben Kingsley). Pero la guerra cambia a la gente...
La crítica
A simple vista y con una sinopsis como esta, 'La lista de Schindler' puede parecer una película falta de contenido o ese "algo" que pica la curiosidad al espectador. Podría ser así, pero no solo se trata del inicio de la obra, si no de su desarrollo, sus personajes y, cómo no, su ambientación. Os aseguro que no encontraréis pieza igual a esta.
Cuando nos referimos dicha cinta, estamos hablando de una obra de poco más de tres horas de duración. Tres horas en las que el público puede caer en el aburrimiento y perder el hilo de la obra, pero Spielberg no lo permite y, ante nosotros, se nos presenta una obra maestra en mayúsculas.
La historia es sencilla: Oskar Schindler quiere hacerse rico. Su medio: le segunda guerra mundial. En ella puede sacar, de una mano de obra más que barata, una fortuna. ¿Cómo? Explotando a los judíos. Nadie se va a oponer a semejante barbaridad en Polonia. Alemania está controlando el país por lo que Schindler tiene vía libre. Pero a fin de cuentas Oskar tan solo es alguien que sabe vender el producto realzando su belleza, y será entonces cuando entre en juego Stern, su contable y el director principal de su empresa.
En una primera parte veremos como Schindler levanta su imperio a través de los judíos. Spielberg nos ofrecerá distintos puntos de vista, en esta parte y en toda la película: veremos el comportamiento y el paso del protagonista, Schindler, por sus diferentes fases, el de los judíos, que actualmente están siendo usados de mala manera, a Stern como cabezilla de estos y finalmente, el ejército.
Entonces pasamos a una segunda parte más real, más cruel, y no olvidemos una cosa: lo que estamos viendo tuvo lugar en la segunda guerra mundial, fué real. Aparece el villano, nuestro antagonista por excelencia: Amon Goeth (Ralph Fiennes), un militar que disfruta creando el caos allá por donde va, matando a judíos. Y cómo no, para dar crédito a su merecida reputación, no pasan ni diez minutos que ya origina una masacre (conocida como la masacre de Plaszow).
Llegados a este punto solo podemos hacernos una pregunta: ¿cuál es el objetivo de Spielberg? Mostrarnos la cara más real de la guerra, a cualquier coste. Es duro y no se contiene, nos muestra tiroteos en los que querremos apartar la mirada y no se contiene en esconder ni un solo detalle de lo acontecido en aquella época. Tan solo, y para suavizar un poco este brutal visión, nos ofrece una cinta rodada en blanco y negro.
Pero el maestro del cine va aún más allá y conmueve al público con las escenas más duras, en las que nos sentimos apenados por los personajes, somos testigos de lo que ocurrió en Polonia, de como Schindler se alzó con una empresa de bajo coste que generaba un beneficio impresionante y de como Amon Goeth mataba sin cesar a judíos inocentes.
Y cómo no: los personajes cambian. Empezando por Schindler, alguien que tan solo quería sacar una buena tajada de la guerra al ver un negocio seguro. Aunque a fin de cuentas, las cosas no terminan como él pensaba y no puede evitar cambiar su manera de ser. Sabemos sobradamente que el personaje de Schindler no es moco de pavo y por ello Liam Neeson lo deja en lo más alto. Su interpretación es magnífica, vemos los cambios del personaje de Schindler en su rostro, en su voz, tiene carácter y demuestra tener personalidad.
Sin embargo no dejamos de lado la locura que Amon Goeth desata en los judíos, interpretado por un Ralph Fiennes sublime. Si en Neeson vemos a Schindler, Fiennes es el verdadero Goeth. No muestra ni una sola vez algo de clemencia por los judíos, tan solo quiere matanzas, da igual si no ha hecho nada: como se le cruce un solo judío en su camino será judío muerto. Su personaje es el mal puro, no diferencia de buenos y malos con los judíos, por ello que lo teman de esa manera. Sin embargo, cierto personaje hace ver en Goeth algo de luz en toda su maldad, pero que, a fin de cuentas es eso: un breve destello entre tinieblas.
Y no solo estamos frente a un par de personajes de los que gustan como
Schindler y Goeth, después tenemos a todos y cada uno de los judíos que viven
la pobreza de primera mano. Liderados por un Ben Kingsley que se equipara a los
dos anteriores, vemos el malestar de los judíos: en conversaciones sobre cómo
viven ahora, en escenas donde vemos la dureza con la que son tratados y no
podemos evitar que ese sea su día a día.
En 'La lista de Schindler' vemos de todo, pero también oímos. Una vez más,
John Williams al frente de la banda sonora de las películas de Spielberg encara
un reto mayúsculo y, con sus melodías, da vida a lo que en antaño fue caos,
pobreza y ante todo: tristeza. Williams pone la guinda del pastel con melodías
que nos sumergen de lleno en dicha época.
Como muestra de todo ello y un claro ejemplo de lo que es la obra de
Spielberg, hay una escena, mítica ya, que pasó al instante a la historia del
cine. En ella, Schindler observa la masacre que ha creado Goeth con su llegada.
Oskar se fija en una cría que va por las calles como si nada, sin rumbo,
buscando refugio de los alemanes. El director, para destacar a la jovencita,
nos la viste de rojo y consigue tocarnos la fibra sensible.
Antes de concluir y sin spoilers, hay que hablar de la conclusión final,
que no es más que un resumen de lo vivido por los que tuvieron esa desgracia en
la segunda guerra mundial. Ahí es cuando Spielberg derrumba al espectador,
cuando uno está viendo auténtico cine que ha sabido impactar y que, cada vez
que recuerde dicha escena, no podrá evitar emocionarse.
Quizás 'La lista de Schindler' no sea una de mis películas preferidas, pero
desde luego que no me olvidaré de ella. Una de esas obras que no solo cinéfilos
deberían ver, sino que TODOS deberíamos ver, como mínimo, una vez en nuestra vida.
¿Y qué más da que dure tres horas? Porque si es buena, se te pasarán volando.
Información de más
- Se alzó
en 1994 con siete Oscars de las doce nominaciones que obtuvo. Las
categorías premiadas fueron: mejor película, mejor director, mejor guión
adaptado, mejor fotografía, mejor dirección artística, mejor edición
y mejor banda sonora.
- Steven
Spielberg no cobró por hacer esta película. Rechazó cobrar alegando que
eso sería aceptar "dinero sangriento".
- Steven
Spielberg ofreció el trabajo de director a Roman Polanski, pero esté tuvo
que rechazarlo porque dicha temática le era muy cercana. Polanski vivió en
el ghetto de Krakow hasta los ocho años, cuando escapó uno de los días de
liquidación.
- Cuando
la superviviente Mila Pfefferberg vio a Ralph Fiennes en el set, comenzó a
temblar descontroladamente por el parecido entre el actor y su personaje,
Amon Goeth.
- Al
final la película, los supervivientes acompañados de los actores que los
caracterizan, dejan una piedra en la tumba de Oskar Schindler.
- Se dice
que, durante el rodaje, la atmosfera era muy depresiva, así que Spielberg
llamó a Robin Williams para ver si podía realizar algún sketch cómico.
- Cuando
Spielberg le mostró a John Williams una parte de su obra, este tuvo que
salir a meditar. Cuando retornó le dijo al director que debería buscarse a
un compositor mejor para su banda sonora, Spielberg dijo: "lo sé,
pero están todos muertos".
- 'E.T.
el extraterrestre' y 'La lista de Schindler' son dos de las películas por las que
Spielberg quiere que se le recuerde.
- Spielberg hace un pequeño cameo como judío liberado por Oskar Schindler hacia el final de la película.
Nota final: 9,5
No hay comentarios:
Publicar un comentario